Pedro Sánchez ha conseguido salvar la quinta prórroga del estado de alarma por el coronavirus. No ha sido hasta en medio del pleno que ha recabado los votos que le faltaban. A pesar de haber abierto negociaciones con el independentismo, que se han alargado hasta la madrugada, el salvavidas ha venido de los mismos aliados de hace dos semanas: el Ciudadanos de Inés Arrimadas y el PNV. Con los nacionalistas vascos ni siquiera ha hecho falta un acuerdo esta vez. Por el camino, sin embargo, el Gobierno ha acabado de dinamitar los puentes con ERC, una de las piezas clave de la moción de censura y la investidura. El estado de alarma se alargará al menos quince días más, hasta el 7 de junio, aunque no está tan claro que sea la última prórroga.
El resultado, idéntico al de hace dos semanas con respecto a los sí, pero con muchos más no. Ha habido 177 votos a favor, los del PSOE, Podemos, Ciudadanos, el PNV, Más País y otras formaciones minoritarias. Ha habido 162 votos en contra, los del PP, Vox, ERC, JxCat, la CUP y Compromís. Y ha habido once abstenciones, entre ellas las de EH Bildu y la del diputado de ERC, Joan Josep Nuet, integrante de Sobiranistes. Hace dos meses tuvo 321 votos a favor, ninguno en contra y 28 abstenciones.
La intervención de Sánchez delante de la cámara ha servido para diagnosticar por qué han fracasado las negociaciones iniciadas con ERC y JxCat, que en el caso de los republicanos se alargaron hasta entrada la madrugada. El presidente español ha hecho una defensa encarnizada del mando único, que se niega a soltar. "No hay salida en el desorden ni la división", ha reiterado el dirigente socialista. El ministro Salvador Illa, de forma consensuada, será quien "marque los ritmos de la desescalada". Y ha hecho una vaga promesa de "protagonismo" de las comunidades, la misma que ya hizo hace dos semanas.
Así pues, el Gobierno ha vuelto a salvar los muebles mirando hacia la derecha, hacia Ciudadanos, con quien cerró un acuerdo este martes por la tarde. El ejecutivo se doblegaba a la condición de que la prórroga durara quince días en lugar de un mes y aceptaba varias medidas económicas. Mientras tanto, la formación de Arrimadas se vanagloriaba de haber paralizado la mesa de diálogo entre el Estado y la Generalitat. Hoy Sánchez se ha visto obligado a dejar claro que "mantiene el compromiso" de la investidura, pero no ha fijado fecha a la próxima reunión como le pedía ERC.
Pero faltaban votos para asegurar la prórroga, que han llegado dos horas después del inicio del pleno. Los ha puesto al PNV, como hace dos semanas, y esta vez sin cerrar ningún acuerdo público con La Moncloa. Ya en precampaña electoral para el 12 de julio, cuando sean las elecciones vascas, el portavoz Aitor Esteban ha dado un repaso de todo lo que ha conseguido arrancar del Gobierno durante los últimos dos meses.
Negociaciones fracasadas con el independentismo
Gabriel Rufián ya hace unas cuantas semanas que ha dejado en un cajón el guante de seda. Después del segundo pacto Sánchez-Arrimadas, el portavoz de ERC ha avisado de que "hoy aquí tumbamos, quizás de forma irremediable, el espíritu de la investidura." Y ha lamentado: "Pedíamos corresponsabilidad en la toma de decisiones, ayudas para la gente, municipalismo, blindaje de libertades y diálogo. Diálogo a cambio de 13 votos. La respuesta fue: no, ya tenemos a Ciudadanos". Ni siquiera ha recibido una fecha para la mesa de diálogo, como reclamaba.
Laura Borràs ha certificado el viraje de Sánchez, que ha recibido el tercer no de JxCat. "Pactar con lo que representa Ciudadanos una vez puede ser un accidente; la segunda vez puede ser casualidad, la tercera vez será la nueva normalidad", ha advertido la portavoz de la formación en Madrid. También había entrado en negociaciones con La Moncloa y también han fracasado: "Esperamos salir vacunados contra su marketing y su propaganda".
La CUP ni siquiera se había sentado a negociar. La diputada Mireia Vehí ha denunciado que el Gobierno mantiene el estado de alarma "con una lógica autoritaria, recentralizadora y de control del espacio público como si fuera una crisis militar y no sanitaria".
Aviso de los socios más fieles
Muy sintomático ha sido que, esta vez, Sánchez ha perdido a uno de sus aliados más fieles: Joan Baldoví. El diputado de Compromís ha votado en contra harto de la infrafinanciación del País Valencià. "Este gobierno ha faltado al respeto a los valencianos. Nuestros hospitales no se pagan con el aire", ha criticado. Ha expresado su "decepción" por no haber sido "capaz de consensuar" la nueva prórroga y haberse plegado a Ciudadanos.
Tal ha sido el clima que Íñigo Errejón, a pesar de votar a favor, ha pronunciado un discurso muy crítico. Y ha enviado un aviso a navegantes: hay que "cuidar a los socios" porque el bloque de la moción de censura y la investidura "se está desvaneciendo".
Competición Casado-Abascal, Ciudadanos se desmarca
Una vez más, el Congreso de los Diputados ha sido un campo de batalla entre el PP y Vox por el carril de la derecha más extrema. Pablo Casado, después de una retahíla de descalificaciones, ha recordado al PSOE que "gobierna la comunidad con más muertos por habitante". Pero no ha podido superar a Santiago Abascal, que ha acusado al Gobierno de "homicidio imprudente" y le ha amenazado con los tribunales: "Junqueras también se reía de las denuncias de Vox".
Después de firmar un segundo acuerdo con el Gobierno, Ciudadanos ha intentado exhibir centralidad y "utilidad". Ha tratado de marcar perfil propio entre la derecha y la izquierda. "No se equivoque, no tiene un nuevo socio. Cumpla los acuerdos", le ha dicho el portavoz Edmundo Bal a Sánchez.
Lio en la votación
Después de anunciar todos los grupos ante el pleno del Congreso su posicionamiento sobre la quinta prórroga del estado de alarma, la mayoría de periodistas ya habían hecho sus propios cálculos: 177 votos a favor, 164 y 10 abstenciones. Los números ya estaban hechos. No obstante, el marcador final ha sido ligeramente distinto: 176 a favor, en 162 en contra y 11 abstenciones.
Yendo al registro de la votación, publicado después del pleno en la cámara baja, es fácil de detectar el error. En primer lugar, la confusión ha llevado a dos diputados de Vox a votar —de forma telemática— a favor de la prórroga del estado de alarma. Por otra parte, la portavoz socialista Adriana Lastra, presente en el hemiciclo, se ha equivocado de botón y se ha abstenido. El tercer elemento es el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, que había anunciado un voto a favor y finalmente se ha abstenido como su compañera de Coalición Canaria. No se sabe si se lo ha repensado o también se ha equivocado.
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