La 'Guía de buenas prácticas en los centros de trabajo' que ayer la Moncloa publicó y lo que hoy ha declarado el presidente español Pedro Sánchez no concuerdan. Si bien en el manual, todavía público para todo el mundo, detalla que "no es imprescindible el uso de la máscara" en los desplazamientos a pie, en moto o bicicleta, hoy Sánchez ha hablado en términos generales y sin concretar más que en los desplazamientos tendrán que protegerse.
A la vez, en el turno de preguntas, ha ido más allá y sí ha asegurado que "se proveirá los trabajadores de mascarillas, mañana contarán con la protección recomendada". Pero cabe más detalle a menos de 24 horas por el inicio del retorno en algunas comunidades autónomas. De momento, el gobierno español se ha comprometido a repartir tan sólo 153.000 de las 10 millones de máscaras que prometió para el retorno al trabajo.
Unas medidas difundidas que se encuentran en las puertas de una semana donde se vuelve a abrir la actividad de aquellos trabajos no esenciales cerrados el pasado 30 de marzo.
Por eso, Sánchez ha matizado que tan sólo es "una reactivación de algunas actividades hibernadas" pero se mantienen las medidas del Real Decreto: "Mañana no entremos en la fase de desescalada". Y desde el gobierno avisan que este proceso empezará, como temprano, "en dos semanas y será gradual". Así pues, concluye que "lo único que finaliza es la fase extrema de hibernación".
Por otra parte, Sánchez ha insistido con la coordinación y la cooperación dentro de la Comisión Europea y ha repetido la palabra "unidad" para referirse el trabajo conjunto que pide por parte de todos los presidentes de las comunidades autónomas: "No saldrá de mis labios otra palabra que no sea unidad". Y por eso pide un consenso emulando los pactos de la Moncloa.
Siguiendo el estilo del lenguaje bélico que esta pandemia ha instaurado entre los políticos, Sánchez ya habla de guerra pero ahora también de posguerra: "Tenemos que acabar con el lenguaje político agresivo, también necesitaremos vencer la posguerra".
Con respecto al conjunto de medidas que el Gobierno viene tomando desde el inicio, ha reiterado que se limitan a seguir los criterios científicos y se felicita de las reducciones de ingresos hospitalarios, a las UCI y del número de contagios, a pesar de los repuntes en número de muertos que se dan. Sánchez ha acabado entrando en contradicción cuando ha hablado de su gestión: "Nuestro estado es fuertemente descentralizado y uno de los éxitos es la respuesta homogénea que hemos tenido" y concluye: "La decisión la tomo yo como mando único".