En plena guerra entre la Guardia Civil y el ministro Fernando Grande-Marlaska por la investigación de la manifestación del 8-M, Pedro Sánchez ha tomado partido. Después de meses utilizando la concentración feminista como consecuencia de la propagación del coronavirus, el presidente español ha querido responder a los ataques de la derecha: "Lo digo alto y claro: viva el 8 de marzo". Todo después del polémico cese del coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos.
Desde el atril de las Cortes, el presidente español ha advertido nuevamente que "el enemigo es el virus y la política tiene que servir para combatirlo unidos". Esta es "una de las lecciones" de la pandemia, ha subrayado. En este sentido, Sánchez ha criticado que el virus "no puede ser el pretexto para combatir al adversario, y menos todavía utilizando a las víctimas como arma arrojadiza o apropiándose de una bandera que es de todos". Ha tenido palabras de agradecimiento para los grupos parlamentarios que durante estas semanas han facilitado la aprobación del decreto de estado de alarma.
"La bandera es un trozo de tela con 47 millones de hilos que representan a cada español", ha asegurado Sánchez, que se ha dirigido a la derecha: "No hay buenos españoles y malos españoles. No utilicemos la bandera como un arma o una frontera. No utilicemos el nombre de España en vano". De la misma manera, ha defendido un modelo de país igualitario para todo el mundo. "Lo digo alto y claro: viva el 8 de marzo", ha rebatido.
Sánchez ha advertido que "el veneno del odio es el más dañino porque corrompe las sociedades", como se ve en Estados Unidos. "El país que necesitamos es el del diálogo, el entendimiento y concordia entre los territorios y las diversas formas de entender el país", ha concluido el presidente español.
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