Diego Pérez de los Cobos cumplirá 61 años este viernes y esta fecha marcará el fin de su carrera en activo en la Guardia Civil. El reloj biológico conseguirá lo que no ha podido hacer el ministerio del interior, a las órdenes de Fernando Grande-Marlaska, que repetidamente le negó el ascenso a general, y que la justicia le concedió. El reglamento de la Guardia Civil es muy claro: los miembros de la escala de oficiales del Instituto Armado pasan a la situación de reserva al cumplir los 61 años, y a la de retiro al cumplir los 65. En caso de haber conseguido el fajín rojo de general, habría podido extender los plazos hasta los 65 años, pero aunque ganó al menos tres batallas judiciales contra Marlaska, y el Tribunal Supremo reconoció que el Ministerio del Interior le privó de forma "ilegal" el ascenso a general de la Guardia Civil, Pérez de los Cobos renunció a la ejecución de las sentencias, que anularon tres ascensos a general que pasaron por encima de él, para no perjudicar a sus compañeros y obligar a degradarlos, con las consecuencias profesionales y económicas que para ellos comportaban.

Símbolo de la oposición del Estado español

El adiós de Pérez de los Cobos supone la marcha de una de las figuras más reconocidas de la Guardia Civil, pero al mismo tiempo es una noticia que seguro celebrará el independentismo, que lo considera el brazo ejecutor de la represión del 1 de octubre y un símbolo de la oposición del Estado español contra el movimiento independentista, acusándolo de haber mentido en el juicio del procés, cuando acusó a los Mossos d'Esquadra de haber facilitado la celebración del referéndum.

Pérez de los Cobos se marchará este viernes de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, donde es el jefe desde que fue restituido en el 2023, después de una sentencia del Tribunal Supremo que anulaba su destitución, que se produjo en mayo del 2020. Pérez de los Cobos pasaba a ocupar el cargo con carácter retroactivo, es decir, desde el 7 de marzo del 2018, día en que fue nombrado por el Gobierno de Mariano Rajoy como jefe de la Guardia Civil en Madrid. Hasta aquel momento, fue uno de los cuatro representantes del Ministerio del Interior a la Junta de Seguridad de Catalunya. Anteriormente, el Guardia Civil fue un hombre de confianza de Alfredo Pérez Rubalcaba, que lo reclutó en 2006 cuando gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero, convirtiéndose en un alto cargo del Ministerio del Interior que mantuvo con la llegada del Partido Popular al poder en el 2011. Así, Pérez de los Cobos trabajó con varios ministros del interior, tanto del PSOE como del PP, hasta su destitución en mayo del 2020 por Grande-Marlaska.

Coordinador del dispositivo policial del 1-O

A pesar de ser considerado como uno de los principales artífices de los éxitos de la Guardia Civil en la lucha contra el terrorismo de ETA, la figura pública de Pérez de los Cobos no emergió en toda su dimensión hasta que al fiscal superior de Catalunya, José María Romero de Tejada, lo designó coordinador del dispositivo de seguridad para impedir el referéndum del 1 de octubre del 2017. El cargo de "director técnico" del dispositivo le concedía la responsabilidad de las tareas de coordinación entre los tres cuerpos policiales, Guardia Civil, Policía Nacional y Mossos d'Esquadra, una designación que recibió el rechazo del major Josep Lluís Trapero, que la consideró una "injerencia" y una invasión de competencias.

Enfrentamiento con Trapero

El enfrentamiento entre los dos altos mandos se tradujo en una declaración de Pérez de los Cobos durante el juicio del procés, cuando acusó a Trapero de connivencia con el independentismo, de alinearse con "los convocantes del referéndum ilegal", de "poner palos en las ruedas", dificultar la coordinación entre cuerpos policiales, y de comunicarle al fiscal general que "no reconocía en mí ninguna potestad". También calificó la actuación de los Mossos el 1 de octubre como "estafa", desplegando un plan "insuficiente, inadecuado e ineficaz". De hecho, el coronel llegó a declarar que "que el dispositivo que se estableció desde la prefectura de los Mossos estaba encaminado a facilitar el desarrollo de la consulta en lugar de impedirla".

Trapero, por su parte, se defendió cuestionando el testimonio de Pérez de los Cobos, desmintiendo las acusaciones, argumentando que los mossos no intervinieron en algunos colegios electorales para evitar disturbios y siguiendo los criterios de proporcionalidad establecidos por la jueza.

No presenta ninguna prueba en el juicio

Aunque las consecuencias inmediatas del enfrentamiento fueron que Trapero fue relegado de su cargo y se tuvo que enfrentar a un proceso judicial, Pérez de los Cobos también vio muy cuestionada públicamente su credibilidad y actuación en el referéndum del 1-O. A pesar de sus acusaciones, de Pérez de los Cobos no presentó ninguna prueba documental que sostuviera sus argumentos, reconoció que su afirmación sobre la "alineación" de Trapero con Puigdemont era "una percepción personal" sin "ninguna base objetiva", ni tampoco se sustentó la acusación de qué estaba "constantemente poniendo palos en las ruedas".

"Murallas humanas" en los centros electorales

El independentismo no olvida ni perdona la declaración de Pérez de los Cobos, al que acusan de haber mentido, cuestionando a veracidad de sus declaraciones. El mando de la Guardia Civil aseguró en el juicio del Tribunal Supremo que les sorprendió el "grado de virulencia" de la gente en los centros electorales, que en la mayoría de locales "había grupos de masas perfectamente organizados" y que, según su testimonio, utilizaron "el uso de la fuerza física para impedir el acceso de las fuerzas de seguridad". En su declaración, aseguró que "era una situación de mayor gravedad de la que preveíamos. Dentro de las murallas humanas había grupos perfectamente organizados, había una jerarquía. También vimos gente encapuchada y gente dedicada a alertar de la proximidad de nuestra llegada".

Pérez de los Cobos, sin embargo, negó cualquier responsabilidad con respecto a la actuación de la policía en los colegios electorales. Afirmó que su papel era solo de "coordinación", que no tenía mando operativo directo sobre los jefes de los cuerpos policiales, y también negó que el 1-0 se produjeran cargas policiales contra los votantes, sino "intervenciones para cumplir el auto judicial", y reveló que fue el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, que dio la orden de actuar en los centros de votación ante la "inacción" de los Mossos.

Después del juicio

Pérez de los Cobos asumió la dirección de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid en abril del 2018, cargo que ocupó hasta su destitución el 25 de mayo del 2020 por el entonces ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que alegó "pérdida de confianza", lo que inició una serie de batallas legales que también incluyeron recursos contra decisiones del Gobierno de impedir su ascenso a general. Los principales partidos de la oposición en aquel momento, Partido Popular, Ciudadanos y Vox, criticaron duramente la decisión de Grande-Marlaska de destituir a Pérez de los Cobos y trasladaron el debate al Congreso de los Diputados, pidiendo incluso la destitución del ministro.

Victorias judiciales estériles

En marzo del 2023, el Supremo anuló la destitución, considerando que las explicaciones del Ministerio del Interior fueron "confusas", y Pérez de los Cobos fue restituido como comandante de la Guardia Civil de Madrid y recibió el pago de una indemnización por el dinero que había dejado de percibir desde su destitución. El Supremo también le dio la razón cuando anuló el nombramiento de tres generales de la Guardia Civil que fueron promocionados por el Ministerio del Interior cuando estaban por debajo de él en la lista de candidatos. Pero a pesar de estas victorias, el coronel dejará de vestir de uniforme a partir de este viernes, cuando pase en la reserva y quede desactivado del servicio.