El politólogo Ramón Cotarelo ha afirmado que el Estado español "se siente amenazado" y que por este motivo "ha movilizado todos sus poderes". Sólo le falta "el poder militar", añade. En un artículo de opinión publicado en su blog personal, que se titula ¿Qué esperaban?, Cotarelo repasa "una oleada de indignación al conocerse las peticiones fiscales".
Según el politólogo las penas máximas para los presos políticos se recibieron con ánimos distintos según en que sensibilidad política de la sociedad. "En la izquierda española, consternación; en el independentismo, furia. Y eso sin atender a las peticiones de Vox, que no exigen la pena de muerte porque no es legal, pero sí pena de muerte civil", escribe el politólogo.
Cotarelo pide a sus lectores que qué esperaban y que, a lo mejor, se han entretenido con la "rebajita" que prometía la Abogacía del Estado. "La han aprovechado los de C's para enseñar los colmillos y pedir elecciones anticipadas. O quizá fueron los del PP. Son lo mismo", opina Cotarelo.
La movilización de poderes por parte del Estado español responde, reflexiona el politólogo, a que el estado se siente amenazado y subraya que el poder judicial es uno de los poderes del Estado. En el artículo los enumera, y destaca que solo queda para movilizar el poder militar abierto. "El Estado se siente amenazado y, ante la amenaza, responde movilizando todos sus poderes. O casi todos. Falta el militar abierto. Sus poderes más obvios son el gobierno, el Parlamento y los jueces. Tiene otros, en los medios, la banca, etc. El poder judicial es un poder del Estado. Administra justicia en nombre del Estado (o del rey, que lo simboliza) y, si el Estado se siente amenazado y en contra de otra parte, administra la justicia en nombre e interés del Estado y en contra de la otra parte. Administra la justicia de la parte fuerte contra la débil y esta sufre la "justicia" del enemigo".
El billete de opinión llega a una conclusión. Lo que es absurdo no son las peticiones, es el proceso judicial en sí. Que haya empezado ya es absurdo porqué según el politólogo los líderes independentistas sólo cumplían con el mandato que les encomendó el pueblo catalán. "Las peticiones, con ser disparatadas, no son absurdas. Lo absurdo es el proceso en sí. Aunque las peticiones fueran simbólicas, de unas horas o una semana de servicios sociales, serían absurdas. Estos ciudadanos y ciudadanas no han hecho nada delictivo. Han cumplido escrupulosamente un mandato popular democrático", opina Cotarelo.
Cotarelo habla de un proceso jurídico inquisitorial, porqué el punto de partida, el origen, es puramente ideológico. El politólogo precisa que el único objetivo de este proceso es "amedrentar a una sociedad, acallarla por el miedo. Una técnica muy frecuente en España en manos de la derecha a la que ahora se ha unido de modo entusiasta el PSOE."
Según el politólogo, en el Estado español vale todo. Desde que el rey llame a los empresarios catalanes para que abandonen Cataluña hasta que el mismo mozo saque a su primogénita a hacer el ganso en una ceremonia que, en sí, es una gansada. Hasta que un poder judicial al servicio de la política "nacional" administre la justicia en nombre de la tiranía", escribe. "Y por qué pasa esto?", se pregunta. La respuesta radica en la certeza que en España hay un problema. Pero por Cotarelo esto no es excusa. "El sentido común más elemental dice que los problemas políticos, sobre todo de esta envergadura, no se resuelven metiendo a la gente en la cárcel".
Cotarelo acaba dirigiéndose a la judicatura española: "¿No les da vergüenza basar su poder en la persecución y la represión?