La crisis provocada por la marcha atrás en la ampliación El Prat ha desencadenado un cruce de reproches y acusaciones entre el gobierno catalán y el español justo a las puertas de la mesa de diálogo, prevista para la próxima semana. En un giro argumental repentino, las acusaciones de deslealtad y chantaje y la denuncia de pérdida de confianza entre los dos ejecutivos se ha situado como inesperado prolegómeno de aquella cita y atiza aún más las incertidumbres que ya la envolvían.

Aunque el Govern de Pere Aragonès ha insistido por el derecho y por el revés en que en la mesa de diálogo sólo se tiene que hablar del conflicto político provocado por el pulso independentista, a nadie se le escapa que la imagen de los dos gobierno tirándose los platos por la cabeza por el Prat no se perfila como la mejor manera de abrir la reunión.

Ni fecha ni orden del día ni Sánchez...

Aunque está prevista para la semana que viene, la mesa de diálogo todavía no tiene fecha ni orden del día y, además, la Moncloa ha evitado confirmar si Pedro Sánchez participará en el encuentro. El Govern no se cansa de dar por hecho que Sánchez estará en la reunión, y sin embargo estas incertidumbres inquietan al ejecutivo. Además, los socios de Junts han hecho saber al president, Pere Aragonès, que hasta que no se sepan si el presidente español participa en la reunión no comunicarán quién serán sus representantes.

En este contexto, la crisis provocada por el anuncio de la ministra y los reproches públicos posteriores no hacen más que enturbiar un escenario todavía por perfilar.

Reproches cruzados

El Govern supo la decisión de suspender la inversión diez minutos antes de la rueda de prensa de la ministra Raquel Sánchez y cuando la noticia ya se publicaba en los medios de comunicación. Raquel Sánchez, que había convocado de urgencia la rueda de prensa para las seis y media a la delegación del gobierno, ha telefoneado a Puigneró para transmitirle el malestar por los tuits críticos del president Aragonès y por las declaraciones de la portavoz del gobierno, Patricia Plaja, explicando que miembros del gobierno asistirían a una manifestación contra la ampliación del aeropuerto.

Eso ha irritado a Puigneró, que el pasado 2 de agosto había pactado el acuerdo sobre el aeropuerto con la ministra, y que ha expresado este malestar con ERC públicamente y se lo ha transmitido a Aragonès.

Al acabar las dos ruedas de prensa, Aragonès ha hecho públicas diferentes tuits donde ha denunciado una operación de chantaje y para reprochado que el gobierno de Sánchez en ningún momento ha tenido intención de hacer la inversión en Catalunya y convertir el aeropuerto en un hub internacional.

Reticencias de los comunes

No eran sólo los republicanos los que habían mostrado la oposición a la propuesta de ampliación. También los comunes, socios del PSOE en Madrid, habían hecho saber sus críticas al proyecto de ampliación del Prat y han celebrado que se suspenda.

A pesar de todo, y mientras los platos volaban, tanto la ministra como el vicepresident han asegurado al ser interrogados sobre los efectos de esta crisis sobre la mesa de diálogo que no tiene que afectar porque se trata de "dos cosas diferentes". No obstante, el giro repentino de los acontecimientos con la crisis abierta entre los dos gobierno, no hace más que atizar las incertidumbres que desde hace días rodean la mesa.

 

En la imagen principal, un avión aterriza en el aeropuerto de El Prat / ACN