Dos de los abogados catalanes que pilotan los principales casos de corrupción han cambiado hoy el estrado de la sala de vistas por la mesa de conferencias del Colegio de Abogados donde han roto tabúes en torno a los secretos de sumario, las filtraciones policiales, la relación con la prensa y cómo afecta todo ello al sistema judicial de garantías.
Cristóbal Martell, prestigioso penalista, con el calendario repleto de vistas con los juicios más relevantes del momento, y las diligencias judiciales de los casos con más resonancia mediática por el alcance de los delitos y, sobre todo, por los nombres y apellidos de sus clientes, ve cómo sus casos llenan portadas "porque interesa como objeto de consumo" y apunta que "llegan al mercado como un sistema de glorificación jurídico-policial".
El abogado de toda la familia Pujol, de los empresarios de Ferrovial en el caso Palau, de Manuel Bustos en el caso Mercuri, de Leo Messi y de Josep Lluís Núñez, apunta y dispara. Y dispara contra la UDEF, la UCO y la Vigilancia Aduanera porque "hacen y filtran", dice el abogado. "Están llamados a hacer una función. Se reafirman cada día. Y les gusta explicar lo que hacen".
Cristóbal Martell se está acostumbrando a convivir con ello: uno de sus casos —el de los Pujol— va a golpe de informe de UDEF, pero se muestra molesto por "cómo erosiona el sistema judicial de garantías". Y denuncia que si el "juez resuelve lo contrario de lo que ha apuntado la investigación policial, es un villano".
Y en el trasfondo, el papel de los medios. Para Martell "es más fácil abrazar el espectáculo que el rigor de una resolución judicial". "En apariencia, los dos buscan la verdad, son dos sistemas que buscan la verdad de manera diferente", dice el abogado. Para Martell, la justicia busca la verdad y la prensa busca culpables: "En el derecho se busca con reglas formalizadas de garantía. La gente del derecho nos creemos que la verdad no se busca a cualquier precio. Los medios de comunicación tienen las mismas reglas?".
País de corruptos
Pero el más contundente con la prensa ha sido Jorge Navarro, del bufete Molins & Silva, que defendió a la infanta Cristina en el caso Nóos. Para Navarro "el derecho al honor es más importante que informar libremente". Y ha acabado definiendo España como "un país de pícaros, un país de corruptos", argumentando así por qué el PP siguió ganando las elecciones a pesar del caso Gürtel y el resto de procesos de corrupción.
Del 3% ha dicho que hacía "tufillo" que había partidos que estaban "chupando", pero que "la sociedad ha perdido la exigencia ética", que "la prensa se excede" y que un caso de este tipo con filtraciones interesadas "te puede destruir profesionalmente".