La solución podría pasar por las elecciones. La corriente crítica de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que este sábado certificó la ruptura con la dirección de la entidad independentista, confía en que la renovación del secretariado nacional sirva para resolver la crisis interna. Así lo han explicado sus miembros, que por primera vez han ofrecido una rueda de prensa a los medios de comunicación. Las caras visibles han sido las de Juan Carlos Manzanero, Lluís Sobrevia, Josep Pinyol (secretarios que han dimitido este fin de semana), así como Elisenda Romeu, que fue secretaría entre 2018 y 2020 y también forma parte del colectivo de críticos. Entre el público se ha dejado ver a Jordi Pesarrodona, que lo dejó como vicepresidente.
Leyendo de un comunicado, han recordado que los Estatutos de la entidad "prevén una salida democrática al bloqueo actual", la cual pasa en todo caso por una nueva votación interna. Un mínimo del 5% de los miembros de la ANC, o 2.000 socios, puede pedir nuevas elecciones, de manera que "animarán" personas para que se presenten a las elecciones. "El colectivo Indesinenter insta a las asambleas de base a activar la recogida de firmas para convocar una Asamblea General Extraordinaria", han detallado. La intención es cuadrar los calendarios para que esta AGE tenga lugar al mismo tiempo que la Ordinaria, prevista para este mayo. Sería entonces cuando se tendría que votar a favor o en contra de la propuesta; si ganara el 'sí', las elecciones se celebrarían a finales de junio o principios de julio y se renovarían todos los secretarios nacional (incluyendo, claro está, la presidenta Dolors Feliu).
Ahora bien, aunque sobre ella recae gran parte de la crítica, los disidentes no han querido manifestar su malestar cargando exclusivamente contra Dolors Feliu. "Eso no va de nombres", han aclarado. "En ningún momento diremos que queremos la dimisión de la presidenta ni de personas en concreto". Sí que han dejado claro, sin embargo, que tendría que hacer algún movimiento, "como mínimo una reflexión", después de haber sido cuestionada por un 30% de los dirigentes de la entidad durante el pleno de este pasado sábado.
"Deriva impositiva, dominante y autoritaria"
En todo caso, el colectivo de críticos se ha apresurado a señalar que la crisis no ha nacido exclusivamente por el debate de la lista cívica, sino que viene de antes. Concretamente desde el 2 de diciembre, cuando el Comité Permanente promueve la disolución del grupo de trabajo de la campaña Nosotros Acusamos y se evidencia una "deriva impositiva, dominante y autoritaria". Desde entonces, el colectivo ha ido creciendo hasta reunir los apoyos actuales, así como de entre las bases territoriales. Viendo esta realidad, los críticos llegaron a plantear la remodelación del Comité Permanente, mayoritariamente afín a Dolors Feliu, hace un par de semanas como vía para resolver la tensión, pero la dirección no lo ha aceptado.
Con respecto a la lista cívica, admiten diferencias, pero no por la candidatura en sí, sino por "cómo hacerla". Así, denuncian que la presidenta lo entiende como una cuarta candidatura limitada a la entidad, y no abierta al resto de partidos y entidades del independentismo. "La lista unitaria sería la situación óptima por la cual querríamos batallar hasta donde se pueda", han explicado los críticos. "Ahora hay una división entre los partidos difícil de superar, pero no tendríamos que plantearlo de entrada como una cuarta candidatura". Esta opción solo podría darse si fracasan todos los intentos a consensuar la lista entre todos los actores, sentencian.