No llega la paz a la Assemblea Nacional Catalana. Después de meses de tensión, durante el plenario extraordinario celebrado en febrero para debatir la posibilidad de presentar una lista cívico independentista a las próximas elecciones en el Parlament, se hicieron públicas las fuertes desavenencias dentro de la ANC y, días más tarde, los críticos con la dirección de la Asamblea, bajo el nombre del colectivo Indesinter, pidieron una remodelación de la entidad justo antes de que 13 de ellos dimitieran en bloque como miembros del Secretariado Nacional. Ahora, ellos mismos han señalado en un comunicado a la presidenta a Dolors Feliu para poner trabas al proceso democrático para pedir elecciones que arrancaron en medio de la crisis. Tal como anunciaron a finales de febrero, su objetivo era recoger firmas y forzar una asamblea general extraordinaria para hacer unas nuevas elecciones al Secretariado Nacional entre los meses de junio y julio.
Recogida de firmas físicas: ¿una manera de dificultar el proceso?
Tal como remarcan, los estatutos de la ANC permiten la convocatoria de una asamblea extraordinaria si lo pide un 5% de sus miembros, sin embargo, semanas más tarde de anunciar su voluntad y después de "pedirlo repetidamente", la reunión con los representantes de la Asamblea todavía no se ha producido. Tampoco se les ha comunicado, denuncian, el número exacto de socios, y yendo más allá, acusan a la dirección de dificultar la obtención de las firmas, requiriendo que estas se hagan físicamente. Esto, remarcan, no tiene ningún tipo de sentido, ya que hace años que las convocatorias y las elecciones se hacen totalmente telemáticas. Por todo ello y ante esta situación, los críticos piden que haya una mediación externa para resolver las complicaciones a las que se enfrentan y poder forzar esta asamblea general extraordinaria.
Para los exdirigentes críticos, unas nuevas elecciones al Secretariado Nacional serían fundamentales, ya que permitirían que "muchos de los actuales integrantes, que han mantenido conductas y actitudes inapropiadas, no puedan volver a presentarse al haber agotado a los dos mandantes perceptivos". Con todo, también hay otros miembros para los que este es su primer mandato, pero creen que se verían "moralmente desautorizados a volver a hacerlo". En el comunicado remarcan que la recogida de firmas es algo que prevén los estatutos de la ANC y un gesto que permitiría resolver la crisis en la cual se encuentra inmersa la institución. Además, destacan que la nueva hoja de ruta que aprobó el Secretariado Nacional del cual habían formado parte a algunos de los críticos es "mucho más negativo" de lo que podían prever. Eso, sin embargo, lejos de desanimarlos, los ratifica en su convencimiento de la necesidad de unas nuevas elecciones.
La dirección de la ANC ignora la petición de reunión de los críticos
Durante el pasado mes de marzo, el colectivo Indesinter se dirigió en hasta tres ocasiones a la Asamblea para pedir una reunión: "Solo hemos recibido respuesta al último correo y por parte de la Presidenta, en la que ni se menciona la posibilidad de una reunión". Además, en el texto, Dolors Feliu habría respondido que por hacer "facilitar el cómputo de este 5% habría que identificar nombre y apellidos, número de socio o DNI y firma en papel de cada firmante". Aunque la intención de los críticos era pactar un procedimiento sencillo, lo que propone la presidenta de la entidad "es lo más difícil y costoso, aparte del menos eficiente," enfrente de la posibilidad de enviar un correo con la convocatoria a todos los miembros con derecho al voto y que, a partir de aquí, los que quieran es puedan inscribir. Este es el método que proponían los críticos, pero que se les ha negado.
"Querríamos creer que no se quiere dificultar la recogida y validación de al menos el 5% de firmas necesarias, lo cual sería coartar la voluntad de los miembros de la Asamblea que libremente quieran participar, y un menosprecio a la democracia interna que nunca se tendría que transgredir", apuntan a los miembros del colectivo, pero ante las circunstancias informan de que han pedido una mediación externa para poder consensuar un procedimiento menos costoso y más eficiente.