Si el pleno de hoy se hubiera celebrado hace dos meses, Xavier García Albiol, líder del PP, no habría tenido que acercarse hasta el Port Vell de Barcelona para hacer un Periscope estelar donde criticaba la alta presencia de manteros que actúan "sin ningún tipo de vergüenza", mientras "los comerciantes pagan impuestos" y ellos no. Habría sido suficiente, siempre según el president Carles Puigdemont, con que hubiera dado una vuelta por su querida Badalona para descubrir que se ha vuelto el gran almacén de mercancías falsificadas.

Con todo, un caos de mantas y unas mantas de caos. Como la discusión que ha ido siguiendo en el hemiciclo y que parecía resonar a pasos perdidos. En el agarrado enfrentamiento, que se ha convertido en tradición los miércoles de pleno, Albiol se ha erigido como el adversario del "buenismo", apuntando que eso de la venta ambulante, cuando era alcalde lo resolvió en "cinco días". Puigdemont, en cambio, ha preferido definirlo como un "contundente populista", que no entiende que la respuesta que se tiene que dar no es exclusivamente policial.

Y de buenos y malos ha parecido ir todo el rato la película. Germà Bel no podía ser más gráfico sacando en plena intervención un Darth Vader (dibujado, claro está). Los parlamentarios, acostumbrados a las creativas intervenciones del economista, han estallado en carcajadas. Raül Romeva, conseller de Exteriors, se lo ha pasado pipa (las cámaras lo han delatado).

Munté desencadenada

Pero los tonos altos y según qué acusaciones, que se dilatan al salir por las puertas del hemiciclo, acabando en cigarrillos o cafés conjuntos, han podido este miércoles con Neus Munté. La consellera de Presidència, de típica respuesta pausada y preparada, ha tenido que parar los pies de manera contundente al PSC, que le ha dicho que no hacía suficiente por la igualdad de género.

"Para ustedes los tuits, nosotros seguiremos haciendo trabajo para desplegar la ley", les ha soltado, por haber alegado que la oposición de JxSí a una propuesta para seguir aplicando la parte de medidas de la ley que no habían quedado suspendidas por el TC implicaba la renuncia a todo. Sino lo contrario, ha querido señalar que es porque no renuncian a nada, porque afecta a temas "sensibles".

Así, ha acabado lamentando que los de la calle Nicaragua hayan caído en una iniciativa "tramposa". La sorpresa es que tampoco es sorpresa. Es habitual que grupos rechacen propuestas aparentemente incuestionables y otros lo utilicen para intentar imponer un discurso que a menudo no se corresponde con la complejidad que tiene. Siempre hay versiones.

Fiambreras

La preocupación de los diputados por los alimentos ha llegado a proposición de ley, a pesar de que no han abordado el debate sobre la calidad del menú del bar, que en ocasiones deja mucho que desear. De hecho, sobre lo que iba, que es del despilfarro alimenticio, tampoco los interpelaba demasiado directamente a ellos, quienes reciben raciones ciertamente escasas los mediodías, quizás ya pensadas con un espíritu ahorrador.

Pero es que la contradicción entre catalanes que tiran 35 kg de sobras al año y quienes a veces no tienen nada que comer ha puesto en alerta a los socialistas, que han pedido un esfuerzo a toda la cadena alimenticia por empezar a poner remedio. "Sin sanciones", han reiterado. Una de las medidas: la fiambrera. Dicen que ahora a la gente "le da vergüenza pedirlo", de llevarse las sobras de la comida o cena –y quizás sí que es así– y que se tiene que fomentar que pueda ser exigible en los restaurantes. En otros países se ha convertido en una práctica habitual.

A pesar de la tramitación de la ley haya salido adelante, se ha escenificado la división entre quién ve intervencionismo estatalista o quién clama por un cambio del sistema productivo. PP vs CUP, come d'abitudine. Los populares han advertido que cuenta con todas estas exigencias, que todavía harán cerrar negocios y aumentar la pobreza que combaten. Por su parte, los cupaires, en palabras de Gabriela Serra, han cargado contra la globalización, y han dado el sí a la ley hasta la nueva-venida de una nueva era de colectivización.

Camats y cooperación

Quien también ha tenido su protagonismo hoy, a pesar de no estar presente en el pleno, ha sido el exdirigente de ICV, Dolors Camats. A propuesta de Catalunya Sí Que es Pot, Camats ha sido designada por el Parlament (junto con 4 más) como miembro del Consejo Superior de la Cooperación, un órgano consultivo, de participación y de resolución extrajudicial de conflictos de la Administración de la Generalitat en todo el ámbito de las competencias que le corresponden sobre cooperativas

No está retribuido (ni le pagan dietas). Se ha encargado de recordarlo el ecosocialista en Twitter. Le ha vuelto a surgir trabajo, políticamente hablando, después de dejar la política activa la pasada legislatura y la coordinación del partido en marzo, en favor de Marta Ribas y David Cid. Concretamente, dos veces al mes, según está fijado en la normativa, que tendrá que servir para impulsar y valorar cómo se desarrolla el cooperativismo en Catalunya.