Ciudadanos llevaba la regeneración de la vida pública en su ADN hasta que Albert Rivera se atragantó con la investidura de Mariano Rajoy. Pasados tres meses, éste no ha satisfecho el pacto de seis medidas anticorrupción suscrito con las filas naranjas, que le garantizó su 'sí'. Eso ha herido la credibilidad de Cs, ninguneado por un PP que ha priorizado al PSOE para acuerdos estables de legislatura de forma constante. Pero Rivera ha lanzado una ofensiva para decir basta, ahora que Cs busca ensancharse en el espacio de la derecha.
La formación naranja ha utilizado la Región de Murcia para disparar un obús en la línea de flotación de la calle Génova. El envite inmediato fue romper este jueves relaciones con el PP de la comunidad, amenazando con hacer caer al gobierno de Pedro Antonio Sánchez. El argumento es que todo cargo público que esté investigado por corrupción "tiene que ser apartado", como rige en el pacto autonómico. Es el caso de Sánchez, quien el lunes está citado a declarar por el caso Auditorio, una rama de la Púnica en la zona.
El desafío corre peligro de no ser efectivo al largo plazo, ante las dificultades para consumar una alianza alternativa de gobierno. Una moción de censura pasaría por el acuerdo con el PSOE –con quien ya están explorando contactos– pero también con con Podemos, archi-enemigo de los 'naranjitos'. Una alianza similar existe las ciudades de Santa Pola, Alacant y Torrevieja, pero no en ningún gobierno autonómico. Y desde Madrid, tampoco se muestran beligerantes, ya que el secretario general, José Manuel Villegas, hizo un llamamiento a "no ponerse nerviosos" y priorizar la estabilidad política.
Entre los populares reina la calma, aunque la situación puede desembocar en unas elecciones en la región. Cs no lo prefiere, pero podría remontar en escaños gracias a la aplicación de un sistema electoral más proporcional, al que contribuyó a impulsar en 2015. A su vez, fuentes de la dirección del PP en Madrid aseguran que aguantarán "la pugna", porque las querellas de Sánchez han sido archivadas con anterioridad. Siguen haciendo prevalecer su criterio que sólo se puede pedir una dimisión si hay apertura del juicio oral.
Pacto anticorrupción
El hecho es que la finta de Rivera llega en una semana clave para protegerse de más críticas a la laxitud con los populares.
Vence el plazo que PP y Cs se habían dado para revisar el cumplimiento de las medidas del pacto Anticorrupción, que garantizó a Rajoy el "sí" en la investidura. De las seis –Limitación de los mandatos del presidente del Gobierno; Eliminación de los aforos; Eliminación de los indultos por corrupción; Creación de una comisión para reformar la Ley Electoral; Creación de una comisión para investigar la presunta financiación irregular del PP; Abandono de los cargos públicos por parte de los imputados por corrupción– sólo los indultos y la comisión para reformar la ley electoral están en curso.
Con una hoja de servicios a medias, Rajoy vuelve a ningunearles pidiendo alargar su cumplimiento, pues no todo depende de los votos de ambos y asegura que algunas medidas pasan por una reforma de la Constitución. El portavoz de la formación rival, Juan Carlos Girauta, sale del paso diciendo que está "todo encaminado" y pronto los populares se comerán "las lentejas" -"o las tomas o las dejas"–. Es la forma como los genoveses llaman al acuerdo entre las partes. Rivera no digiere el golpe y busca socios para el resto de medidas.
Triple ofensiva
Cs, junto con PSOE y Podemos, celebraron este jueves un encuentro discreto para ponerse de acuerdo sobre cómo presionar al PP con limitación de mandatos y aforamientos. No parece que tengan que encontrar una salida fácil. Rivera cree que limitar los mandatos pasa para modificar la ley del Gobierno o incluso, hacer una reforma exprés de la Carta Magna. La formación morada exigirá un referéndum, por su parte. Rajoy lo teme por si implica cuestionar su cargo, o bien, que en Catalunya deje la Constitución en descrédito, si una mayoría independentista la vote en contra.
El político catalán seguirá explorando otras vías para la creación de una comisión de investigación a la presunta financiación irregular en el PP. La amenaza de que hay votos suficientes ya está encima de la mesa, gracias a la oposición. "Espero que el PP cumpla, porque si decide incumplir y reírse en la cara de los españoles, hay ya una mayoría alternativa", aseguró el presidente de la formación naranja. Este mismo miércoles, Rivera preguntará en sesión de control a Rajoy "por qué se opone" a dicha comisión.
El 'pinchón', y 'naranjito' se ha cansado de cenas en la Moncloa para hacerle creer que todo está en orden y ahora se pasa a la venganza fría, esperando no atragantarse con las lentejas esta vez.