Hace tiempo que cierne sobre el ambiente la idea de aumentar la cuota de los autónomos, bajo la premisa de adaptarla a las ganancias que perciban. El Gobierno de Pedro Sánchez tantea constantemente un cambio en la normativa vigente hacia este sector de trabajadores, cada vez más amplia, con la necesidad de abrir una vía recaudatoria que la mayoría considera desproporcionada y que no se adapta ni se parece a ningún otro país de la Unión Europea.
La última sugerencia es exigir a los autónomos que hagan una previsión de las ganancias que tendrán antes de darse de alta. Una respuesta difícil de dar, precisamente por una clase de trabajador donde la incertidumbre derivada de no tener fijada una nómina mensual, resulta imposible.
Escrivá: "Un sencillo trámite a través del móvil"
Así pues, el ministro de la Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, asegura que este sistema será "muy flexible para adaptarse a las variaciones de negocio de los autónomos. Harán una previsión inicial con un sencillo trámite a través de su móvil". De entrada, la derivada del trámite digital ya pone los pelos de punta a los autónomos que ven como, otra vez, se suma un nuevo trámite burocrático a través de Internet donde demasiado a menudo falla el sistema o la respuesta acaba resultando más tarde de lo previsto. Pero si nos centramos en esta variación de negocio que describe Escrivá, el objetivo que persigue es preparar el terreno para la reforma del sistema de cotización de los trabajadores autónomos.
ATA responde: "Somos autónomos, no tarotistas"
El texto, ahora sometido a consulta, indica que "los trabajadores tendrán que efectuar una declaración de los rendimientos económicos que prevén obtener para su actividad económica o profesional" este ejercicio a la hora de solicitar su alta al Régimen especial de trabajadores por cuenta propia (RINDA). Y añade: "Los datos indicados posibilitarán la futura implantación de esta nueva forma de cotización por rendimientos con respecto a los colectivos de trabajadores por cuenta propia".
La Moncloa asegura que todo se está pactando de acuerdo con las voces de los autónomos pero el mismo presidente de la Federación de Autónomos ATA, Lorenzo Amor, ha sido categórico: "Mi organización no pactó con nadie eso. Si el Gobierno ha tenido que corregir su previsión del PIB a los 4 meses, y rebajarla un 40%, ¿cómo sabrá un autónomo cuánto ingresará en el 2023? Primero la Ley y después los reglamentos. Somos autónomos y no tarotistas".
Cuotas que se hinchan un 70%
Además, el proyecto plantea un plazo transitorio para estos cambios hasta el 2023. ¿Y cuáles son estos cambios? En la práctica, pagar todavía más. La última propuesta del Gobierno consiste en un sistema de 13 tramos donde la rebaja porcentual para los que cobran menos estaría en torno al 30% y al otro lado, los que cobran más, supondría un aumento porcentual del 70%. La diferencia en nóminas que en ningún caso hace falta ni que superen los 5.000 euros, puede suponer la ruina o que no salga a cuenta facturar a partir de un tramo medio/alto. La previsión de beneficio que plantea Escrivá es, precisamente, para controlar todavía más este perfil de autónomos.
La cuota bajaría para los autónomos que ingresen menos de 1.500 euros en el 2023. Así, pasarían a pagar menos de los 294 euros actuales, pero subiría para todos los que superen esta cantidad de ingresos, que son la mayoría ya que el mileurismo es el mínimo para vivir.
A partir de ingresos mensuales superiores a los 1.500 euros, la cuota mínima se situaría en un rango entre 240 y 250 euros. Pero todavía es más flagrante cuando los ingresos son ligeramente superiores.
A partir de los 1.700 euros de ganancias, el salto es considerable, ya que de 294 euros se pasaría a pagar unos 540 euros, cantidad que se mantendría durante varios tramos. Y ya supondría un impuesto estratosférico que puede llegar a los 600 euros a partir de los 2.760 euros de ingresos.
Un salto hasta el 2031
La tabla propuesta para el 2023 se marca en los 600 euros mensuales de tope pero este llegará a subir cuando acabe todo el proceso de implementación, fijado en el año 2031, hasta los 1.220 euros mensuales de cuota. Para poner un ejemplo: en rendimientos netos de 49.300 euros se tendrán que pagar 15.000 euros en cotitzacions,és a decir, 10.000 euros más al año que actualmente. O un autónomo con 3.000 euros de rendimiento neto pagará una cotización de 1.080 euros.
¿Qué hacen los países de la UE?
Y todo este baile de cifras contrasta con los sistemas de los países vecinos. Tan sólo cogiendo las cuotas mínimas así se constata. Actualmente en el Estado español son 294 euros mensuales mientras que en Portugal están en 20; o en el Reino Unido 14 euros; en Francia cogen el 14% de los ingresos finales y se ata a su sector de actividad para ajustarlo al máximo posible; o Alemania, donde los que ingresen menos de 10.000 euros anuales directamente no pagan impuestos.