Joaquim Forn, conseller de Interior durante el referéndum del 1-O y condenado a 10 años de prisión por un delito de sedición y otro de malversación, podría salir a partir de la semana que viene de la prisión.
Hace semanas que ha entregado toda la documentación que acredita que tiene trabajo y que permitiría aplicar el artículo 100.2, como se ha hecho con Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Por lo tanto, Forn podría salir entre semana a trabajar y sólo volver a la prisión de Lledoners para dormir.
La junta de tratamiento se reúne cada martes, y también lo puede hacer los jueves, que es lo que ha pasado esta semana para decidir el 100.2 para Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Así pues, Forn está muy pendiente del martes y jueves de la semana que viene para que le apliquen también esta medida que le permitiría salir a trabajar entre semana y sólo estar en la prisión por las noches.
La decisión de la junta de tratamiento sobre Forn y su salida coincidirá con el juicio al major de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, que está teniendo lugar estos días en la Audiencia Nacional.
El segundo grado que se aplicó a los presos políticos el 11 fue como un jarro de agua fría para los presos, que esperaban un tercer grado. Pero, a la vez, abrió la alternativa del artículo que permite salidas diurnas de la prisión.
El 100.2 tiene una aplicación inmediata, aunque quien decide el permiso es la jueza de vigilancia penitenciaria y la Fiscalía lo puede recurrir, eso no paraliza la decisión de la junta de tratamiento. Sólo la Audiencia de Barcelona puede decidir parar el permiso.
La aplicación de este régimen penitenciario permite combinarlo con el segundo grado, que es el que tienen actualmente los presos, y se basa concretamente que el interno puede salir unas horas entre semana para trabajar o para hacer actividades formativas o de voluntariado. En ningún caso tendrá una libre circulación para hacer otras actividades que no sean las autorizadas por la junta de tratamiento.
Cada año hay 405 internos con este régimen en Catalunya.