Un lapsus lo puede tener cualquiera. Ahora bien confundirte y hablar de Ronald Goebbels, el apellido del propagandista nazi más conocido y clave en el ascenso al poder de Adolf Hitler, en lugar de Ronald Reagan, es más complicado. Precisamente esto es lo que ha hecho el escritor Mario Vargas Llosas cuando intentaba comparar a su querida Isabel Díaz Ayuso, para quién ha hecho constantemente campaña, con lo que él considera uno de los mejores presidentes de la historia de los Estados Unidos, Regan, y la ha acabado poniendo al nivel de uno de los pocos dirigentes nazis tan antisemitas que se atrevió a hablar del holocausto en público. Ayuso se encontraba entre el público en aquel momento, pero las cámaras no captaron el momento en que Vargas Llosa le dedicó este piropo tan cuestionable durante la celebración de los veinte años de la Fundación Internacional para la libertad, presidida por él mismo.
"A Ayuso la amamos, la admiramos y estamos convencidos de que ha echado un trabajo fuera de serie. Aquí estás entre amigos que te admiran y te aman mucho. El clima en Madrid ha cambiado desde que Isabel Díaz Ayuso es presidenta de nuestra comunidad. Madrid es más simpático para los latinoamericanos y los españoles. Es un baluarte en España de las ideas que defendemos aquí y que compartamos con Isabel", con este amoroso mensaje hacia la madrileña empezó su discurso Vargas Llosa, para después pasar a la catástrofe: "Isabel es una persona que a mí me gusta comparar con el presidente de los Estados Unidos que era Ronald Goebbels", dijo al escritor, aunque sus otros compañeros en esta conferencia lo habían intentado ayudar recordándole el apellido del presidente Reagan.
A pesar de este fatídico error y después de un silencio más que incómodo, Vargas Llosa con cara de desconcertado decide no rectificar y continuar con su discurso: Ella tiene un instinto que está siempre a favor de la libertad. Y cuando habla de libertad, los madrileños la escuchan porque los interpreta y los expresa. Estamos absolutamente encantados de que ella haya aceptado decir unas palabras en esta reunión". Después del error no corregido del peruano, una clama tensa ha imperado en la salsa, y se han oído algunos cuchicheos. Después, como si nada, Ayuso ha seguido el curso del acto y ha intervenido, defendiendo, como no podía ser de otra manera, la libertad.
Ayuso y la lechuga de Liz Truss
La verdad es que Ayuso necesitaba un mensaje como este, ya que en las últimas horas ha estado la víctima de muchas burlas después de la dimisión de Liz Truss. El mandato efímero de esta primera ministra británica empezó con un nuevo plan fiscal que implicaba una gran bajada de los impuestos, tal como reclamaba Ayuso. Esta propuesta ha provocado la derrota de Truss solo 44 días después de llegar a Downing Street. Por eso, ayer los diputados del principal partido de la oposición, Más Madrid, le dejaron una lechuga en su escaño a la cámara madrileña, advirtiéndola que este sería su camino si seguía alabando las políticas de Truss. Después de la dimisión, sin embargo, Ayuso ha seguido defendiendo estas iniciativas, y ha apuntado que el error de la conservadora fue aumentar el gasto público.