Aprobar el traslado de los presos políticos y dejarlo todo en manos de los centros penitenciarios correspondientes "no es ninguna victoria". Así lo ha querido subrayar al líder de Òmnium, Jordi Cuixart, en una nueva carta escrita desde la prisión de Soto del Real, donde ha puesto de relieve que, a pesar de su acercamiento "sería una mejora para nuestras familias y amigos", lo que hace el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena es "cumplir la ley".
Precisamente por eso, Cuixart ha lamentado que este movimiento de la justicia española no es "ni una concesión válida en democracia" porque, ha subrayado, "nuestra libertad no es ninguna moneda de cambio". Recordando que "no hemos cometido ningún delito", el líder de Òmnium también ha querido dejar claro que "la única solución posible para acabar con esta injusticia es el fin de la represión" y, por lo tanto, "el archivamiento de todas las causas, la liberación de los presos políticos y el retorno de todos los exiliados".
En este sentido, Cuixart ha apelado al diálogo, pero a un diálogo "realmente sincero, constructivo y basado en la confianza, sin exigir renuncias al otro" porque considera que "cualquier solución política duradera no puede ignorar ni construirse contra la voluntad democrática del pueblo de Catalunya", así como "tampoco contra la memoria colectiva del referéndum del 1 de octubre".
Pero mientras gobierno y justicia españoles continúan por este camino, en este "juicio contra la democracia", Cuixart se ha mostrado animado porque de esta manera "trabajamos incansablemente para internacionalizar la vulneración de derechos y libertades que sufren miles de ciudadanos". "Somos y seremos palanca democrática, nunca la representación de ninguna derrota ni ninguna renuncia", ha concluido.