El despido de la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera, ha sido discreto. Lo anunció un viernes, a las puertas del fin de semana y, hasta este lunes no se han empezado a escuchar algunas de sus reflexiones que pueden marcar más su final. Cunillera considera que se marcha con el trabajo hecho, oficialmente es ella quien ha tomado la decisión y así lo informó a sus responsables antes de publicarlo. "Fui delegada por una temporada corta, por unos meses. Ya sabéis cómo estábamos en junio del 2018 y después se alargó", en declaraciones a Catalunya Ràdio.
Marcha porque quiere
Y da los argumentos: "En mi carta al presidente Sánchez ya le dije que ahora estamos en una situación diferente. Pienso que es un buen momento, el gobierno lo entendió y también lo comenté a Salvador Illa y a la Moncloa, todo el mundo lo ha abalado. Mi dimisión no es de un día para otro". Quien no se lo esperaba era el Govern: "Ya me he despedido del president Pere Aragonès y quedó muy sorprendido". Más allá de su despido, Cunillera ha puesto el acento en otras cuestiones.
Sobre la jefatura de la Policía Nacional: "No es ningún museo de la tortura es una institución como la policía nacional que tiene la sede donde siempre la ha tenido, es una cuestión que siempre sale". Unas declaraciones de Cunillera que han levantado la indignación del periodista Jordi Barbeta, colaborador de Catalunya Ràdio: "¿Raimon Obiols y Joan Raventós?"?, ha preguntado el periodista a la exdelegada como ejemplos de políticos socialistas que vivieron la represión de este cuerpo. Cunillera ha contestado: "Y más, escucha que ya te has acelerado. Sí pero esta policía no es aquella policía. Creo que no dejará de ser una comisaría". Y concluye: "La jefatura está en Via Laietana".
Las víctimas de Via Laietana
Muchas víctimas de la represión policial de la dictadura han denunciado la vigencia de este espacio. Un ejemplo lo encontramos en la figura de la activista histórica y lingüista Blanca Sierra y Puig que describió el pasado mes de octubre en TV3 haber sido humillada, desnuda y maltratada.
El hecho de que le taparan la cabeza con una bolsa de basura durante los interrogatorios fue parte no sólo de la tortura física, sino que hizo imposible identificar los agentes una vez quiso denunciar, cerrando así el círculo perfecto de represión y encubrimiento de la maquinaria opresiva española. "Este edificio de la Via Laietana es como un edificio tóxico. Emana desgracias y lágrimas sólo de verlo. Y no únicamente son los políticos que recibían... recibía mucho al pequeño delincuente, que era muy maltratado."
Volver al 2010
Cunillera alaba este cuerpo y también se felicita de los cambios que ha experimentado la política y las relaciones entre Catalunya y España desde que ella asumió el cargo: "El año 2018, para decirlo gráficamente, los gobiernos del Estado y la Generalitat estaban de espaldas, ahora se dan la cara. Me parece un punto determinante donde haya. Lo cual no quiere decir que no puedas tener tus determinaciones. Que será difícil dar el paso, sí. Que ahora están las bases para mirarte y salir adelante, también". Y se remite a viejas recetas para resolver el conflicto: "Se ponen las bases para defenderlo de una forma diferente. Todo el mundo habla de la sentencia del 2010 que mucha gente se ha leído pero no ha profundizado ya que se podían abordar mediante leyes orgánicas".
Y lo argumenta así: "Un nuevo Estatuto y un nuevo sistema de financiación pone las bases para resolver el conflicto catalán de manera determinante. ¿Todos creíamos que era bueno en aquel momento, no? Pues si era bueno abordémoslo, actualicémoslo".