"Van a por nosotros". Esta ha sido la advertencia que ha lanzado la izquierda independentista este miércoles, después de la amenaza de ilegalización de dirigentes como Pablo Casado. Frente a todo esto, la CUP, Arran y Alerta Solidària han dado credibilidad a todas estas insinuaciones y han hecho un llamamiento a la "desobediencia" y la "disidencia" para hacerle frente.
"Van a por nosotros y a por todo el movimiento popular", ha asegurado la diputada Maria Sirvent, que ha añadido que forma parte de la misma "ofensiva autoritaria y represiva" que ha llevado a dirigentes independentistas a la cárcel y el exilio. Si bien ha admitido que de momento no ha pasado de "declaraciones de políticos", también ha asegurado que el contexto de "recorte de libertades" les hace pensar que puede ser así. Y ha advertido: "Hoy son la CUP y Arran, pero mañana será cualquiera que haga tambalear al régimen del 78".
En este sentido, Sirvent ha denunciado un intento de crear un clima de violencia, "ya sea a través de la prisión, el exilio, la ilegalización, las detenciones arbitrarias, la violencia policial o la aplicación del 155". Frente a todo eso, ha instado a los actores políticos y sociales, "independientemente de la opción política", a dar una respuesta "lo más amplia posible".
Por su parte, la portavoz nacional de Arran, Adriana Roca, ha denunciado que una portavoz de la organización ha sufrido seguimientos policiales hasta su casa. También ha afirmado que la ilegalización es el objetivo de una estrategia represiva. En este contexto, ha replicado a las acusaciones de nazismo contra el independentismo. "Responde a la voluntad de deshumanizarnos para aplicar la represión e ilegalizarnos", ha dicho. Sobre las pintadas en el domicilio del juez Pablo Llarena, ha afirmado que "una cosa es pintura amarilla y otra simbología fascista", como en los ataques españolistas.