La fachada del ayuntamiento de Berga sigue luciendo la estelada y una pancarta a favor de la libertad de los presos políticos aunque ya ha finalizado el plazo de 48 horas que la Junta Electoral de la Zona dio al Ayuntamiento para retirar los símbolos después de la denuncia del PP.
No hay peligro, sin embargo, de ninguna represión sobre el actual alcalde. A diferencia de la anterior alcaldesa, Montse Venturós, Oriol Camps no opta a la reelección y por este motivo, si es inhabilitado, no tendrá trascendencia.
Según explica el Regió7, la Junta Electoral de Zona notificó el martes que disponían de 48 horas para retirar estos elementos, y así dar respuesta a la demanda que hizo la semana pasada el representante del PP en la ciudad, Joan Antoni López Noguera. El popular solicitó a la Junta Electoral de Zona que requiriera la retirada de los símbolos independentistas para garantizar la neutralidad política de los espacios públicos durante la campaña electoral.
Aunque el gobierno de la CUP prefirió no hacer declaraciones al respecto, quedó reflejada su decisión: no retirar los símbolos independentistas del balcón consistorial. Igual que en el 2015. Montserrat Venturós, que entró en la alcaldía de Berga en junio del 2015, fue juzgada por no retirar la estelada de la fachada del ayuntamiento durante los periodos electorales para los comicios del 27 de septiembre del 2015 y del 20 de diciembre del 2015, tal como le ordenó la junta electoral respondiendo a la demanda que en aquella ocasión había hecho Sociedad Civil Catalana.
A diferencia de Venturós, que decidió acatar la sentencia y aceptar la inhabilitación, Oriol Campos, que hace la función de alcalde accidental desde octubre y que este martes recibió el requerimiento de descolgar la estelada del balcón consistorial, no repite a la lista de la CUP a las próximas elecciones, y es por eso que aunque si se iniciara un procés judicial, también podría quedar privado ocupar un cargo público si lo imputaran. En su caso, sin embargo, no sería destituido de nada.