La CUP ha publicado un manifiesto bajo el título "Que ningún tribunal nos haga callar", que tiene como objetivo alertar a los catalanes de "la voluntad del Estado de atemorizarnos empezando por nuestros representantes democráticos" y hacer un llamamiento a manifestarse el próximo sábado 7 de mayo para plantarse ante la "persecución de ideas" y mostrar que "la sociedad catalana no tiene miedo de ninguna amenaza judicial ni de ningún tribunal de excepción". El manifiesto ya tiene más de un centenar de adhesiones, entre las cuales las del diputado de JxSí Lluís Llach y el exvicepresidente y exlíder de ERC Josep-Lluís Carod-Rovira.
Entre los firmantes también figuran el periodista y exdiputado de la CUP Antonio Baños, el también exparlamentario cupaire David Fernàndez, los economistas Arcadi Oliveres y Elisenda Paluzié, la escritora Empar Moliner, el eurodiputado de ERC Ernest Maragall, el antropólogo Manuel Delgado, el actor Sergi López, la monja Teresa Forcades y Víctor Terradelles, miembro del consell nacional de CDC.
Después de que ayer el Tribunal Constitucional suspendiera tres leyes catalanas sobre derechos sociales y política fiscal, los anticapitalistas consideran que esta movilización es "más oportuna que nunca". Por eso piden a las instituciones catalanas "cobertura política, legal y económica de las personas encausadas" para tener el tiro asegurado que si desobedecen la suspensión de las leyes, estas personas "tengan garantizado el apoyo a cualquier decisión que puedan tomar en relación con su situación".
Pero que el TC admitiera a trámite la suspensión de las leyes catalanas sólo ha sido la gota que ha hecho rebasar la copa. Una copa que ya estaba llena por los hasta ahora 291 ayuntamientos requeridos por la Audiencia Nacional en una "campaña de persecución" para dar apoyo con mociones aprobadas en los consistorios a la declaración del Parlament del pasado 9-N, así como porque concejales y alcaldes están siendo investigados por los tribunales sólo por haber expresado sus ideas, cosa que "no es concebible" en una democracia y "no lo podemos permitir".