La CUP ha puesto en marcha ya su maquinaria asamblearia que tendrá el punto álgido el próximo 22 de mayo en la Asamblea Nacional. Un encuentro, en el cual, la misma formación anticapitalista llega tocada después de la última cita, donde se puso de manifiesto las discrepancias internas entre las diferentes corrientes: los partidarios de investir Mas y los contrarios. La recordada Asamblea Nacional del 1.515.
En este primer documento de trabajo de 42 páginas que ya se ha trasladado a las entidades territoriales para que la militancia empiece a debatir los ejes que se tratarán, la CUP se plantea hasta 7 escenarios posibles con respecto a su acuerdo de estabilidad parlamentaria con JxSí y el desarrollo de la hoja de ruta hacia la República catalana. Destaca el ultimátum para que el Govern de Puigdemont dé “un paso claro hacia la ruptura” cuando haga un año de la investidura, es decir, antes del 10 de enero del 2017.
- Si el 10 de enero de 2017 JxSí no ha dado ningún paso claro en el camino hacia la ruptura, algo palpable que vire también en el discurso público y político de contención, la CUP tendría que organizar una conferencia nacional para iniciar el proceso de denuncia del fraude de los 12 meses de govern de Junts pel Sí y el inicio de un cambio de paradigma.
- Si el 10 de enero de 2017 la situación ha avanzado suficientemente y la Declaración del 9N sigue viva, habrá que empezar a hacer un seguimiento todavía más preciso porque el periodo de 18 meses estará llegando al final. Habrá que situar en cada mes, aspectos que se tienen que tener desarrollados y hechos por parte del Govern y subir la voz siempre que este no cumpla con los plazos. En este sentido, habría que crear un observatorio público de seguimiento de los últimos seis meses del Govern.
- Si al final de los 18 meses, JxSí no ha cumplido con la Declaración del 9N lo sabremos ya un par de meses antes y hará falta formalizar el final del acuerdo y explicar todos los puntos de incumplimiento de manera pública y transparente.
- Si al final de los 18 meses, JxSí no ha cumplido con las expectativas y los compromisos establecidos en la Declaración del 9N tendremos que haber anunciado un mes antes una nueva estrategia política que se tendrá que haber trabajado entre en enero de 2017 y en abril de 2017 y hacerla pública aquel mes de mayo. Una estrategia que tendrá que renovar y mejorar la aprobada en esta ponencia y asamblea.
- En medio de todos estos meses, las líneas rojas para mantener el acuerdo tienen que ser la no vulneración fehaciente de nuestros principios políticos en nuestra acción parlamentaria. Asimismo, cualquier paso atrás en el ámbito de la construcción de la República catalana tiene que significar el final inmediato del acuerdo firmado a principios de enero, especialmente cuando este se produzca después del verano cuando hayan pasado los seis meses de adaptación.
- Con respecto a la lentitud del desarrollo del acuerdo de desconexión de la Declaración del 9N, en caso de que este se produzca, se buscará una fórmula gráfica, comunicativa para denunciarlo. La CUP tiene que actuar siempre como un tensor público del pacto que mientras garantice la estabilidad acordada pueda también obligar al Govern a avanzar o, en el caso de que no lo haga, ilustrar sus contradicciones.
- Asimismo, en aquellos momentos que el Govern o el Parlament impulsen elementos claros de avance en el eje nacional e, incluso en el eje social, la CUP tendrá que ser de forma explícita y dando apoyo público a estas decisiones. La vertiente constructiva y de reforzar los movimientos óptimos también es importante para poder ejercer las dos fórmulas, la constructiva y la crítica.
Dardo a JxSí
Para la CUP, según recoge el documento, JxSí "no ha hecho ningún esfuerzo práctico" para aplicar la declaración rupturista del 9N, suspendida por el Tribunal Constitucional. Es más, consideran que los trabajos para las tres leyes de la desconexión, que nada más se han constituido en los últimos días en el Parlament, parecen avanzar "muy poco a poco". De hecho, "no parece haber ninguna voluntad real de ruptura y el horizonte de la ruptura democrática y la independencia es todavía lejano", critican. Y fijan que incluso este calendario independentista apunta más allá de los 18 meses.
No obstante, los cuperos consideran que la resolución de ruptura "constituye un buen programa de mínimos para la transición hacia la República catalana". Por eso, el documento recopilación que la línea de trabajo parlamentaria de los cuperos tiene que ser, pues, el cumplimiento de esta declaración. Sobre las ponencias de la desconexión (régimen jurídico, transitoriedad catalana y hacienda catalana), mantienen que hay que trabajar a "medio plazo", sin embargo, lo más rápido posible a la vez que se aplican "micro-rupturas" como movilizaciones que den apoyo a los ejercicios de desobediencia.