La presencia de los socialistas catalanes en la mesa de partidos convocada por el president de la Generalitat este viernes es un obstáculo insalvable para la CUP y por eso no participarán. "En una mesa donde participa el PSC, que niega el derecho de autodeterminación, la CUP poca cosa tiene que aportar", ha certificado la diputada Natàlia Sànchez. Con todo, ha explicado que, si se les llama, sí que estarán en el encuentro preparatorio de las futura mesa de diálogo entre gobiernos. Y entienden que, aquí sí, tendrían que estar los comunes, en contra del criterio de la ANC y JxCat.
El gobierno Torra ha planteado dos espacios de debate diferenciados. Uno, el que ya se puso en marcha a propuesta de Miquel Iceta, que se reunirá por tercera vez este viernes después de un año de inactividad y donde Torra ha invitado a todos los partidos del Parlament, desde la CUP a Cs. El otro, menos amplio y todavía por definir, que debe marcar las líneas maestras de lo que el president trasladará a Pedro Sánchez en el encuentro que ambos mantendrán dentro de unos días. En aqesta segunda mesa, JxCat y la ANC defienden que sólo tendrían que ser partidos y entidades independentistas. En cambio, ERC y la CUP consideran que se debería abrir la puerta a los comunes.
Los anticapitalistas creen que "sería un error entender un espacio desde la lógica de independentistas y no independentistas", porque ha quedado demostrado que con los comunes "hay consensos en relación al derecho a la autodeterminación y el fin de la represión".
En cambio, en la CUP sí que ven como un impedimento todo el que tenga que ver con la participación del PSC, que según ellos "es un límite para el derecho a la autodeterminación". Desde su punto de vista, una cumbre con los socialistas "alimenta la idea de falso diálogo que parte de renuncias en cuestiones fundamentales". Los cupaires, que no han asistido a ninguna de las anteriores reuniones de este espacio, dan por hecho que en la cita del viernes "no se podrá hablar de todo". Natàlia Sànchez ha advertido en este sentido que "el diálogo no puede ser utilizado como un argumento de equidistancia con la voluntad de desescalar el conflicto".
Los anticapitalistas afirman no tener "ninguna esperanza" en la futura mesa de diálogo entre el gobierno catalán y el español porque nace de un punto de partida que niega el derecho a la autodeterminación.