La CUP esta harta "partidismos". El aplazamiento del pleno anunciado este martes por Torrent, que hizo aflorar las discrepancias entre JuntsxCat y ERC, ha sido la gota que ha colmado el vaso -tal como apuntaba la diputada Maria Sirvent- y ha indignado los cupaires, que se niegan a seguir negociando si no se abandonan lo que consideran que son tácticas partidistas y se pone fecha a la investidura.
Según fuentes de la CUP, las negociaciones están, en estos momentos, detenidas. "Estamos igual que ayer", aseguran. Los representados de la candidatura están molestos por la decisión "unilateral" de Torrent de suspender el pleno y por las tensiones más que evidentes de los partidos independentistas, a quien acusan de fe servir tacticismos políticos.
La CUP denuncia que el diálogo entre los dos grandes partidos independentistas es "escasísimo" y por eso, ponen como condición para seguir negociando que se haga una mesa a tres (JuntsxCat, ERC y ellos mismos) y piden a Torrent volver a poner fecha al pleno.
Los republicanos, sin embargo, consideran que podrían tener unos diez días de margen para reanudar la investidura, a la espera de que el Tribunal Constitucional decida si admite a trámite el recurso del Gobierno español. Una opción que no es bienvenida ni por la CUP ni tampoco por JuntsxCat que considera que hay se dan las condiciones necesarias para investir a Puigdemont.
La formación también exige más transparencia en las negociaciones y que propongan "acciones políticas concretas para responder a la voluntad popular", es decir, para "materializar la república", lo que aseguran que sólo se puede hacer desde la "desobediencia".
Ultimátum de la CUP
"Lo que pasó ayer fue una tomadura de pelo. Y ya es la tercera. Y será la última". Así de contundente se ha mostrado esta mañana el diputado Carles Riera en un debate en Catalunya Radio, donde ha conversado con diputados de JuntsxCat y ERC.
En este sentido, Riera ha recordado los precedentes de la suspensión de la independencia, la suspensión de la declaración de independencia del 10 de octubre, y el retroceso del Govern el 27-O, después de hacer la nueva declaración. Por este motivo, ha tirado en forma de ultimàtum que no permitirán que se vuelva a repetir.
Los cupaires apuestan por abandonar pragmatismos, que creen que no llevarán a ninguna parte, y apuestan para desobedecer, ya que consideran que el Tribunal Constitucional nunca permitirá la investidura de Puigdemont.
Las estrategias entre los tres partidos, pues, parecen hoy por hoy bastante alejadas, aunque sí que tendrían dos puntos en común: la investidura del cabeza de lista de JuntsxCat y la necesidad de evitar nuevas elecciones para no prolongar el 155. Cuando menos, hoy por hoy.
La CUP se niega a hablar de otro posible candidato e insiste en que sólo investirán a Puigdemont si es para materializar la república.
Con respecto al tema del día, los mensajes entre Puigdemont y el conseller Toni Comín, la CUP ha evitado pronunciarse al respecto.