La Asamblea Nacional de la CUP celebrada este sábado en Sabadell ha puesto fin al Procés de Garbí en que la organización se ha visto inmersa en el último año, y en lo que han participado más de 1.500 militantes anticapitalistas. Después de la votación de la ponencia estratégica y organizativa, la Candidatura d'Unitat Popular ya ha dejado definida la hoja de ruta para los próximos años, en qué se propone "ocupar los máximos espacios de poder político".

Los anticapitalistas apuestan por la "ruptura democrática" como eje de la estrategia política, y como "pieza clave" para conseguir la transformación social y romper con el estado español. Con respecto al organigrama del partido, la CUP se reorganiza para tener una dirección "más eficiente, más consolidada y con más capacidad de respuesta", que pasará a tener un secretario general, un coordinador y dos portavoces nacionales, y mandatos de cuatro años, dejando atrás la renovación constante de liderazgos.

La hoja de ruta: alianzas puntuales con ERC, Comunes y Junts

Para la CUP, la apuesta tiene que ser por una estrategia de "ruptura independentista" con el estado español y "una ruptura democrática que nos permita romper con el sistema capitalista". La ponencia estratégica señala que la composición del nuevo Parlament "sitúa a la CUP en una posición de difícil incidencia y de clara oposición como única perspectiva". Los anticapitalistas sostienen que "nos encontramos ante una mayoría absoluta de las fuerzas españolistas y con un claro retroceso del peso de las izquierdas". En este contexto, la ponencia valora "trabajar puntualmente en conjunto con otras fuerzas" en el Parlamento. No esconden que "es esperable coincidir" en varios posicionamientos con ERC y Comuns-Sumar y, en términos de oposición independentista, también con Junts", y el texto precisa que hay que apostar por "explorar el apoyo" de estos partidos en iniciativas concretas.

El documento también plantea la posibilidad de volver a presentar candidatura al Congreso de los Diputados o participar por primera vez en unas elecciones en el Parlamento Europeo, pero subraya que "hay que generar las condiciones políticas y organizativas" para que sea posible.

Apuesta por un liderazgo formal

Dentro de la refundación del partido, la CUP también apuesta por un cambio en los estamentos de la organización del partido, y hace cambios importantes para tener una "cúpula de partido". Suma la figura del secretario general y del coordinador, y también tendrá dos portavoces nacionales. El cambio más significativo es que el mandato del Secretariado Nacional pasará a ser cuatro años, y no de dos como hasta ahora, en una apuesta clara para tener una dirección política de la organización, que tenga mandatos más largos y estables. La CUP quiere llegar a consolidar liderazgos, caras visibles más duraderas en el tiempo, cuando hasta la norma era la renovación constante cada pocos años, que podrían acelerar la toma de decisiones con una estructura más vertical y, por lo tanto, llegar a tiempo a tener incidencia política real en las instituciones.