Los cinco cupaires detenidos por no presentarse ante los juzgados tras quemar fotos del Rey la pasada Diada han quedado en libertad con cargos tras acogerse al derecho de no declarar en la Audiencia Nacional, este martes en Madrid. Según ha explicado el abogado de dos de los implicados, Eduard Cáliz, los cinco acusados han dicho al juez que no hablarían, ya que se trataría de un tribunal que no reconocen. Según denuncian estos mismos, se trata de un "juicio político que ataca la libertad de expresión", y han defendido que todo ello sería una "violación de la soberanía de los Países Catalanes".
De proseguir el caso, los cinco miembros de la CUP se enfrentarían a penas que van desde una multa hasta dos años de prisión por injurias a la Corona. El juez Fernando Andreu no ha impuesto medidas cauterals a los detenidos, y ahora la decisión de si archivar el caso o enviarlos a juicio dependerá de la decisión de Andreu y el fiscal. Por el momento, los 5 podrán volver a sus casas, después de ser recibidos entre aplausos por familiares, amigos y miembros de la CUP a la salida de la Audiencia Nacional. Los gritos de "Ni Rey, ni miedo, Jané dimisión" han sido constantes, además de las pancartas.
A la salida del juzgado ha declarado ante los medios de comunicación Aitor Blanc. Este ha relatado el procedimiento por el que había llegado hasta Madrid: primero habrían pasado la noche en San Andrés, en el cuartel de la Guardia Civil. Esta mañana han sido trasladados a la capital española, y la Policía les ha llevado hasta el Tribunal. En opinión de Blanc, esta habría sido "una operación orquestada por los Mossos y la Guardia Civil". Así las cosas, afirmó que se habían personado para decir que estaban en su derecho de no declarar, y que la Audiencia era "heredera del Tribunal de Orden Público franquista".