La primera sesión del debate de política general en el Parlament ha empezado con un nuevo ultimátum de Junts per Catalunya: o el presidente Pere Aragonès cumple el acuerdo de gobierno o presentarán una cuestión de confianza. Y la respuesta de Esquerra Republicana no se ha hecho esperar: su preferencia es mantener la actual coalición de gobierno en la Generalitat, que creen que está funcionado. Sin embargo, si se tiene que romper el ejecutivo con la salida de Junts, los republicanos están dispuestos a explorar otros escenarios como el de gobernar en solitario. El diputado republicano ha reclamado al conjunto del independentismo pensar "más allá de los partidos y de los personalismos" y "rehacer las confianzas para restaurar las estrategias"
El presidente del grupo parlamentario de ERC, Josep Maria Jové, ha sido el encargado de cerrar el debate del president Aragonès con los grupos parlamentarios. Y durante su intervención ha advertido que el independentismo "no se puede equivocar de adversario", que durante las últimas horas ha habido demasiado "ruido". Es por eso que ha hecho un golpe encima de la mesa: "No nos podemos permitir un cuestionamiento constante cuando tenemos que dar respuesta a la ciudadanía. Estamos aquí para acompañar al Govern, no para desestabilizarlo ni para escenificar una crisis que nos aleja de la crisis que sufre la gente".
En este contexto, el dirigente republicano se ha dirigido directamente a Junts: "Cultura de coalición es sinónimo de corresponsabilidad. Si no hay corresponsabilidad quizás es que no hay coalición". Les ha reclamado "generosidad" y que acepten "la legitimidad de los liderazgos". Y en este punto se ha abierto a nuevos escenarios de gobernabilidad: "Hemos hecho buen trabajo, estamos haciendo buen trabajo. Nos necesitamos, nosotros creemos que con la fórmula actual, pero tampoco descartamos hacerlo con otra formula diferente. Tenemos precedentes que nos han hecho avanzar mucho nacionalmente en este país con formulas diferentes de la actual".
La CUP, de oposición
La propuesta de un acuerdo de la claridad hecha por el president Aragonès es papel mojado. Al menos así lo ha querido poner de manifiesto la CUP en su turno al debate de política general en el Parlament de Catalunya. "La Moncloa no ha tardado ni treinta minutos en descartarlo", ha ironizado la diputada Eulàlia Reguant, que ha recordado que, en estos momentos, la solución no pasa por el marco español, sino por el marco internacional. En el terreno social, los anticapitalistas también se han situado a la oposición, deshaciéndose de la etiqueta de socios prioritarios que les quieren colgar desde Sant Jaume. Los anticapitalistas consideran coyunturales e insuficientes las medidas anunciadas, ha cargado contra el discurso "autocomplaciente" del jefe del Gobierno para parecer "propio de un dirigente de la patronal" y ha censurado la disputa entre ERC y Junts, que sólo ven como una pugna por la hegemonía. El president Aragonès ha evitado el choque con los cuperos.
En su intervención, Josep Maria Jové también se ha dirigido a los anticapitalistas: "Especialmente nos duele no haber convencido a los compañeros de la CUP". Les ha reiterado que su apuesta por una visión independentista de izquierdas se mantiene intacta y los ha vuelto a extender la mano: "Tenéis mi compromiso".