Cuando Pedro Sánchez mira hacia el este, visualiza una Unión Europea con un discurso cada vez más belicista. Al horizonte, más allá de Bruselas, hay países del club de estados próximos y limítrofes con Rusia alarmados por la deriva expansionista de Vladímir Putin. Los mensajes que llegan por parte de los líderes del Viejo Continente es que hay que disparar el gasto en Defensa con un rearme que pueda hacer frente a una nueva ofensiva rusa. En su oeste, en un punto cardinal más bien parlamentario, el presidente del Gobierno visualiza una amalgama de formaciones de izquierda que no quieren abordar este discurso militarista. Todas ellas lo sostienen en la Moncloa y la ajustadísima aritmética del Congreso de los Diputados provoca que tenga que hacer equilibrios entre los socios parlamentarios y los europeos.
La última cumbre de líderes de este continente para valorar la guerra de Ucrania, la ofensiva rusa y el distanciamiento de Donald Trump respecto de Europa se celebró este jueves en París. El resultado de la cumbre fue el anuncio por parte de Emmanuel Macron de una misión francobritánica en el país de Volodímir Zelenski para estudiar el despliegue de tropas de paz en aquel territorio. Francia y Reino Unido invierten en Defensa el 2,06% y 2,33% de sus respectivos PIB. Polonia, Estonia y Letonia invierten el 4,12%, 3,43% y 3,15%. La Comisión Europea de Ursula von der Leyen insta a los estados miembro que estén por debajo a alcanzar el 3%. Se trata del mismo ejecutivo comunitario que esta semana ha emitido un vídeo sobre el kit de supervivencia de 72 horas que cualquier ciudadano tiene que tener a mano por si se produce de forma inesperada una catástrofe natural o un ataque armado: una navaja suiza, una radio con pilas, una linterna, dinero en efectivo, medicamentos, agua y comida... e incluso un juego de cartas para distraerse.
Mientras tanto, España invierte un 1,28% de su PIB en esta carpeta y esta semana en el Congreso de los Diputados Sánchez solo pudo comprometerse a alcanzar el 2% a través de un plan de inversiones tecnológicas y de reindustrialización. Lo hacía con el eufemismo de la palabra 'Seguridad' y no 'Defensa'. Mientras en el este hablan de armas, el presidente español habla de protegerse de ciberataques, fortalecer las fronteras y preparar a los estados del Mediterráneo de cara a la emergencia climática. Para que sus socios de izquierda no se declaren en rebeldía, les promete que "no se tocará ni un céntimo de gasto social". Para intentar seducir a sus compañeros europeos, el líder socialista aboga por la creación de un ejército común en el continente y por "compartir todavía más soberanía" con Bruselas.
Fuentes del Gobierno, preguntadas por la disonancia discursiva entre Pedro Sánchez y el resto de líderes europeos, se escudan diciendo que es normal que los países del este sean los que tienen un discurso más belicista, a causa de su proximidad con la frontera rusa. Pero eso no acaba de ser cierto del todo. Quien está llevando la batuta en todo este asunto es Emmanuel Macron, presidente de un estado que comparte frontera con España. En la reunión de este jueves en París, el ucraniano Volodímir Zelenski lo designó a él y también al primer ministro británico laborista, Keir Starmer, como representantes de Europa en las negociaciones de paz con Rusia.
Este miércoles, mientras en Madrid se celebraba un Pleno en el Congreso prácticamente monográfico sobre Defensa, en Londres el gobierno británico anunciaba que a partir de abril disparará el gasto militar. La ministra de Economía, Rachel Reeves, confirmaba que en los próximos cinco años habrá recortes sociales. "El mundo cambia ante nuestros ojos", argumentaba en un discurso en el Parlamento británico. La intención es llegar a invertir en Defensa un 2,5%.
Choque con el secretario general de la OTAN
En los últimos días se ha producido un pequeño choque entre la OTAN y el Gobierno. Porque el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Mark Rutte, afirmó el miércoles en Varsovia que "España quiere llegar al 2% del PIB en gasto militar este verano"; cosa que no se corresponde en ningún caso con el discurso que ha entonado Pedro Sánchez. El Gobierno respondió a estas declaraciones advirtiendo que todavía no hay sobre la mesa ningún compromiso de calendario. El viernes, la OTAN especificó que Rutte se refirió al "deseo" del ejecutivo del PSOE de alcanzar este porcentaje "lo antes posible".
El choque entre Rutte y Sánchez se produce justo cuando se celebra el 39.º aniversario de la entrada de España en la OTAN. Aquellos años 80 en que el PSOE pasó de oponerse al ingreso a la organización con el lema "de entrada no" a defender entrar ya con Felipe González en la Moncloa.
Sánchez y Meloni, los dos líderes europeos más distanciados del rearme
Aunque ideológicamente se encuentren prácticamente en las antípodas, Pedro Sánchez y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, convergen en intereses en esta película del rearme europeo. Tanto la sociedad española como la italiana perciben lejos la guerra en Ucrania. El país de la bota también es de los estados de la OTAN que menos invierte en Defensa con un 1,49% de su PIB. Y Meloni también tiene que hacer sus propios equilibrios. Así como Sánchez tiene que estar pendiente de sus socios a la izquierda, Meloni lo tiene que estar de su socio de coalición. Ella calla filas con Ucrania, pero Matteo Salvini es prorruso.
