Más "nostálgicos" deteniendo taxis, de los que proliferan tanto últimamente bajo la luz del día. Decenas de militantes fascistas se han concentrado este lunes por la noche delante la sede de la Generalitat en Madrid con motivo del décimo aniversario del asalto a la librería Blanquerna. La concentración, convocada por la Falange, tenía como reivindicación la "ilegalización de los partidos separatistas" y la defensa de la unidad de España. Los representantes de la Falange han tildado la sede de la Generalitat de "cueva de ladrones separatistas, asesinos de España y mantenidos del sistema" y han criticado la negociación de partidos estatales con el independentismo.
El líder estatal de la Falange, Norberto Pico, ha defendido que los 14 condenados por el asalto son "patriotas" y ha criticado que se les condenara, mientras que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, dice, "está fugado". También ha intervenido uno de los 14 asaltantes en la librería Blanquerna en 2013, Manuel Andrino, que ha denunciado lo que, según su opinión, fue una persecución de los "perros de presa" del sistema. Al final de cada intervención, los manifestantes han gritado "Arriba España" y han hecho el saludo fascista. Al acabar el acto también han cantado el Cara el sol.
Ni cánticos ni banderas propias
Entre las consignas que daba la Falange previas a la concentración por las redes sociales, estaba la de no llevar banderas ni pancartas, sino limitarse a coger las que repartiera la organización. Estas llevaban la consigna de "Viva la unidad de España". También pedían no improvisar cánticos ni hablar con la prensa, sino invitar a hablar con miembros de la Falange, a no responder a insultos ni provocaciones y a mantener el orden.
Asalto a la Blanquerna
El asalto a la librería Blanquerna de Madrid tuvo lugar el 11 de septiembre del 2013 y no fue hasta diciembre de 2021, más de ocho años después, que empezaron a entrar a la prisión algunos de los 14 responsables. De estos, la mayoría salió en semilibertad menos de cuatro meses después de ingresar en la prisión. Uno los motivos que hizo que tardaran años en entrar en prisión es que los condenados encadenaron recursos y peticiones de indulto para aplazar el cumplimiento de las condenas. Además, el Tribunal Constitucional anuló la primera sentencia que se dictó contra ellos, lo cual suspendió la ejecución de la pena. El Tribunal Supremo emitió en julio de 2020 una nueva sentencia que condenaba a los ultraderechistas a penas de entre 2 años y 7 meses y 2 años y 9 meses de prisión.