Josep Maria Jové, considerado el cerebro del referéndum del 1 de octubre, mano derecha de Oriol Junqueras en Economía, ha declarado hoy en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya.

Lo detuvieron el 20-S y no ha declarado hasta más de un año después. Y finalmente lo ha hecho en el TSJC porque, como diputado del Parlament de Catalunya, tiene la condición de aforado.

Su estrategia pasa por cuestionar la investigación y toda la causa general. Su primer abogado, Andreu van den Eynde, ya calificó de "causa general contra el independentismo" todo el seguimiento de la Guardia Civil. Hoy ante la jueza Maria Eugènia Alegret ha discutido "la legalidad de la causa", según fuentes judiciales.

Jové se ha negado a hacer la prueba de caligrafía que lo vincularía o no con la agenda Moleskine. Y tampoco ha querido hacer la prueba de reconocimiento de voz para comparar las llamadas telefónicas que grabó la policía. De hecho, Jové ha puesto en duda que la agenda fuera suya.

El diputado de ERC en el Parlament y exsecretario de Vicepresidència, Josep Maria Jové, no ha reconocido como suyos los manuscritos de la agenda Moleskine que esbozaban presuntamente la hoja de ruta del procés, y ha cuestionado el registro de su despacho el 20-S porque su abogado no estaba presente.

Josep Maria Jové discute la investigación policial que llevó a registrar su casa. Y por aquí pasa invalidar parte de la causa. Eso también lleva a hablar de la forma más que del contenido, y evita que Jové entre en el detalle de los preparativos del 1-O, de los cuales la policía lo hace máximo responsable.

En casa de Jové encontraron la agenda Moleskine y un PDF con toda la hoja de ruta, el ya famoso Enfocats. En el despacho encontraron notas manuscritas. Quien fue mano derecha de Junqueras ha negado la autoría de estas notas e incluso su existencia.

Jové ha hecho una declaración relámpago. Empezaba alrededor de las nueve y cuarto y acababa al cabo de unos 20 minutos. Mientras tanto, a fuera del TSJC, dirigentes de ERC —entre ellos el vicepresidente Pere Aragonès— esperaban al artífice del 1-O, que ha salido sin que la jueza haya pedido medidas cautelares.