La gala de entrega de los Premios Ondas que tuvo lugar el martes por la noche fue atípica por varias razones, la primera de ellas, que se celebró en Sevilla por decisión de los organizadores, la Cadena Ser, que se los llevó de Barcelona, donde tienen lugar habitualmente, en plena ofensiva contra el independentismo tras el 1 de octubre.
Ahora bien, hubo también otra situación extraña, cuando la organización decidió que en el momento de la entrega del premio otorgado a los servicios informativos de las emisoras de radio en Catalunya por la cobertura de los atentados en Barcelona y Cambrils, en lugar de repartir el tiempo de discurso entre los seis premiados —Catalunya Ràdio, Rac1, Ser Catalunya, Rne, Cope y Onda Cero—, solo lo pudiera hacer una de ellas, concretamente Onda Cero en nombre de todos.
La situación, inédita porque en los casos de premios ex aequo se suele repartir el tiempo, impidió que las otras emisoras puedan difundir el discurso que llevaban preparado.
En el caso de Rac1, quien se quedó sin hacer el discurso fue el jefe de sociedad, Benet Íñigo, que llevaba preparado un escrito en el que además de lamentar que la gala no tuviera lugar en el Gran Teatro del Liceu, "tan cerca de donde acabó el recorrido macabro" de la furgoneta asesina, quiso dedicar el premio "a las víctimas y los servicios públicos como los Mossos d'Esquadra, entonces dirigidos por Josep Lluís Trapero, que estuvieron en primera línea y reaccionaron también de primera", un comentario favorable al mayor de los Mossos, ahora relegado a tareas administrativas, que con toda probabilidad no habría sentado bien en el auditorio sevillano.
Como Íñigo, que llevaba en la gala un lazo amarillo en apoyo a los presos políticos y los exiliados, no pudo leer su texto, Rac1 lo ha difundido hoy:
“En nombre de toda la redacción de informativos de Rac1 quería agradecer al jurado este premio Ondas. Un premio más repartido que el Gordo de Navidad, pero que no por eso tiene menos valor, hasta diría que al contrario, porque es un premio que pone en valor no solo el trabajo de unos o de otros, sino el trabajo periodístico riguroso en uno de los perores momentos que puede vivir una sociedad. Y creemos que es importante reivindicar ese periodismo cuando hay quien piensa que con Twitter y las redes sociales es suficiente.
Días como el 17 de agosto nos recuerdan nuestra responsabilidad de contrastar antes de contar, de canalizar la información filtrando los bulos. Y a la vez manejando el dolor que nos golpeó a todos.
Tengo que confesar que nos hubiera gustado todavía más recoger este Ondas en el escenario habitual, en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, tan cerca de donde acabó ese recorrido macabro. Y se lo queremos dedicar a las víctimas y a los servicios públicos como los Mossos d’Esquadra, entonces dirigidos por Josep Lluís Trapero, que estuvieron en primera línea y reaccionaron también de primera”.