La última vez que el pleno del Parlament dio luz verde a unos presupuestos de la Generalitat fue el 22 de marzo de 2017. Los elaboró el entonces vicepresident y conseller de Economía Oriol Junqueras, con la mirada puesta en el 1-O. Hoy tanto él como la inmensa mayoría de miembros del gobierno Puigdemont han tenido que seguir desde la prisión o el exilio como tras tres años de prórrogas y parches, el Govern conseguía aprobar unos nuevos presupuestos gracias al apoyo de los comunes. Unos nuevos presupuestos que aumentan en 3.070 millones pero que nacen caducados, como consecuencia del coronavirus.
En un pleno inédito, con sólo 21 de los 135 diputados presentes, la votación final ha sido de 65 votos a favor -los de JxCat y ERC- 8 abstenciones -Catalunya Comú- y 61 en contra -Cs, PSC, CUP y PP-. Los que han asistido al pleno lo han hecho enfundados con mascarilla y guantes y guardando la distancia mínima de dos metros de distancia. Por primera vez en la historia una parte de los diputados han votado telemáticamente. Pero sólo lo han hecho 25, todos de Junts per Catalunya, que desde el inicio de la legislatura presiona para aplicar este sistema, pensando en la investidura de Puigdemont. El resto de parlamentarios han delegado el voto.
La pandemia mundial ha trastocado completamente la previsión de gasto que detallan las cuentas de 2020. Desde que el departamento de Economía los presentó el 20 de enero hasta hoy ha llovido mucho. Mucho más que en un año normal. La crisis de la Covid-19 obligará a rehacer los números inmediatamente después de haberlos validado. Así lo ha reconocido el vicepresident Aragonès. Sólo en Salud se calcula que el gasto extra será de 1.800 millones.
"Primera piedra de la reconstrucción"
Aunque habrá que hacer muchos ajustes, el vicepresident ha celebrado la aprobación de las nuevas cuentas y ha asegurado que suponen la "primera piedra para la reconstrucción" y el "plan de rescate económico y social" contra el coronavirus. Según el dirigente republicano, los presupuestos de 2020 son una "mejor caja de herramientas" para luchar contra la pandemia que los de 2017 prorrogados y ha defendido que no se puede seguir funcionando con parches".
Aragonès ha hablado también de "nueva etapa" y ha señalado la necesidad de hacer un "cambio de paradigma" que ponga en el centro la "economía de la vida". "Si una cosa ha demostrado la Covid-19 es que lo único que no se puede recuperar es la vida", ha apuntado el vicepresident, que ha aprovechado para hacer un llamamiento a "construir un país más justo, próspero y libre" y no permitir que quienes pagaron la crisis del 2008 paguen también la del coronavirus.
Con todo, también ha querido alargar la mano a la oposición, especialmente a la CUP y al PSC que han votado en contra de los presupuestos. Aragonès les ha pedido que participen en un "acuerdo nacional de reconstrucción". Y apelando específicamente a los socialistas les ha recordado que tienen un papel importante en esta nueva etapa como "principal partido del Gobierno de España". Por ello les ha pedido que colaboren para buscar recursos. También ha reclamado reanudar el diálogo sobre el conflicto catalán y que la reconstrucción no vaya en "detrimento" de terminar con la "prisión injusta".
De la CUP a los comunes
Si hace tres años el aliado del gobierno Puigdemont-Junqueras para aprobar los presupuestos fue la CUP, esta vez el ejecutivo ha cambiado de socios. Los números se han negociado con los comunes, ante la negativa de los cupaires a participar de la estabilidad del gobierno de JxCat y ERC.
La alianza con el partido de Ada Colau ha sido doble. Los comunes han dado su voto a los presupuestos de la Generalitat y JxCat y ERC hicieron lo mismo con los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona. A pesar del sí de su grupo, Jèssica Albiach ha sido extremadamente crítica con el gobierno Torra, denunciando que "una parte del independentismo ha cogido como a afición insultarnos". Es más, ha puesto en duda que "una parte del Govern" realmente quiera que los comunes ayuden a aprobar los presupuestos.
Sin embargo, Albiach ha justificado el voto favorable a los presupuestos de JxCat y ERC porque es "la única manera de blindar los servicios públicos". La "reforma fiscal progresiva" que plantean representa un aumento de 3.070 millones extras respecto de las últimas cuentas aprobadas, las de antes del 1-O, y por ello considera que es mejor aprobar estos que tener que esperar medio año más a tramitar unos nuevos.
Mano tendida de la oposición
El resto de partidos de la oposición han ofrecido colaboración de cara al futuro, pero han vuelto la espalda a estos presupuestos porque los encuentran inútiles. Ya tenían previsto votar en contra antes del coronavirus. Sin embargo, el argumento principal que han esgrimido durante el pleno es que son "estériles" porque cuando se hicieron nadie no se olía que llegaría una crisis de las dimensiones de la del coronavirus.
El PSC ha puesto de relieve que la partida que el presupuesto de 2020 aprobado hoy prevé destinar a Salut ya se ha gastado. Los socialistas califican la previsión de gasto "de engaño". El razonamiento de Ciudadanos parecido, aunque lo ha formulado con otras palabras. Los de Arrimadas consideran las cuentas "un viaje al pasado" porque se diseñaron antes de la pandemia. En la misma línea se ha expresado la CUP, que denuncia que los números nacen "caducos y abocados a modificaciones". Para el PP tampoco "son válidos". Los populares advierten, además, de que "a pesar de que puede estar justificado que gasten más, procuren hacerlo bien porque lo que gasten de más hoy habrá que pagarlo mañana.
En cualquier caso, tanto el partido naranja como los socialistas ha pedido a la Generalitat "dejar de lado las diferencias" y han ofrecido "mano tendida" para hacer frente a la crisis que provocará la Covid-19 "independientemente del resultado de la votación de hoy". El PSC ha propuesto un "pacto de la reconstrucción disruptivo" que incorpore, además de partidos, agentes económicos y sociales de Catalunya.
El anuncio de elecciones, un horizonte lejano
Más allá de la parte económica, la aprobación de las cuentas de la Generalitat tomó un interés todavía más relevante después de que el presidente Quim Torra anunciara su intención de avanzar elecciones a raíz de la enésima crisis entre JxCat y ERC -ésta por la retirada de su escaño motivada por la inhabilitación del president por parte del Supremo. La fecha de la cita con las urnas la tenía que dar a conocer inmediatamente después de haber aprobado los presupuestos.
Aquellos planes, sin embargo, se han ido al garete. Él mismo explicó la semana pasada que no es el momento de romper el gobierno e ir a elecciones. El escenario electoral, pues, se aleja. Ahora bien, hay que tener siempre presente que el Tribunal Supremo podría alterar nuevamente las previsiones, una vez emita la sentencia definitiva sobre la inhabilitación de Torra.