Un caso de catalanofobia que llega a la justicia. Acció Cassandra ha interpuesto una denuncia penal contra la empresa General Logistics Systems Spain, S. A. (GLS) por un presunto delito de odio tipificado en el artículo 510.2 del Código Penal, a raíz de un incidente de discriminación lingüística sufrido por el denunciante y representado suyo, Marc. El caso denunciado se remonta al 13 de diciembre del 2024, cuando un transportista de GLS entregó un paquete al denunciante. En el momento que le pidió el DNI, el cliente se lo recitó en catalán, el repartidor le dijo que si lo podía “repetir en castellano” porque no lo entendía. El cliente se negó, y el repartidor se acabó llevando el paquete sin dar explicaciones. Marc, indignado con la situación, hizo una reclamación formal delante de GLS para tener información sobre su paquete, en la que defendía su derecho a expresarse en una lengua oficial. La respuesta de la compañía estuvo vacía, ya que se limitaron a explicar que localizarían su paquete y lo mantendrían informado. Una resolución que nunca ha llegado.
Delito de odio
La denuncia apunta a un posible delito de odio por haberse negado a entregar el paquete por hablar en catalán, porque supone “una lesión a la dignidad del denunciante”. En concreto, la asociación cita el artículo 510.2.a del Código Penal, que señala que “sanciona acciones que comporten humillación, desprecio o descrédito por motivos de pertenencia a una nación o grupo lingüístico”. Además, también apunta al artículo 511, que incluye que los hechos se puedan calificar de un delito contra los derechos fundamentales, o que se trate de un hurto, si se confirma que el paquete no ha sido devuelto.
Así pues, la denuncia reclama que se identifique el transportista responsable mediante los registros de seguimiento del paquete, que se traslade la denuncia a la Fiscalía especial de Delitos de Odio y Discriminación, y que se reconozca el denunciante como acusación particular en las actuaciones derivadas. Según defienden los abogados de Acció Cassandra el incidente es un claro ejemplo de la “vulneración flagrante de los derechos lingüísticos y fundamentales de los catalanes”. Y advierten que “no podemos permitir que se normalice el desprecio hacia el catalán en ámbitos tan cotidianos como la entrega de paquetes. Esta denuncia busca sentar un precedente jurídico para proteger nuestra dignidad como minoría nacional”.
Catalanofobia en la entrega de paquetes
No es el primer caso de catalanofobia que está vinculado a esta empresa. En noviembre del 2024, otro cliente también denunció que un repartidor de la empresa se negó a entregar un paquete porque habló en catalán. Plataforma per la Llengua se encargó de denunciar el caso publicando el vídeo del incidente.
El repartidor se presentó en el domicilio de un cliente y le pidió “el número del DNI, miedo favor”. “Quatre, sis, set…”, empieza a responder el hombre, justo antes de que el repartidor lo corte: “En castellano, por favor, si quisieses”. Y aquí empieza la polémica. El cliente, sorprendido, pregunta: “Puc parlar en català a casa meva?”. “Mira, si no me lo dices en castellano, no te voy a poder dar el paquete”, responde el trabajador, que sabe que el hombre lo está grabando. Y añade: “Está bien, pero no voy a poder darte el paquete, no hablo catalán”. El cliente mantiene el catalán y habla más lento para ayudar en la comprensión. “Em pot entendre? Parlaré a poc a poc”, dice, sin efecto. El repartidor rechaza la ayuda y reitera que no entiende el idioma: “Necesito que me deje en castellano el número de DNI. Si no, paso otro día a dejarte el paquete, ¿vale?”