"La independencia dependerá de si una mayoría amplia de catalanes la desean, de la respuesta de los españoles a la desafección catalana y de los aciertos y errores de unos y otros". El exconseller Santi Vila hace esta reflexión en el libro 'Vencer y convencer' (Península Atalaya, 2020), donde relata su experiencia en el juicio en el Supremo por el 1-O, y apunta varias propuestas para "recuperar el consenso". Vila considera "legítimo" defender el derecho a construir una "sociedad separada, éticamente mejor", si España no quiere ser reformada. Además, propone que Barcelona sea "cocapital" de España -junto con Madrid-, y que además sea sede del Senado y algunos ministerios. El exconseller también apuesta por reformar la Constitución.

En el libro Vila también critica los "sectores más integristas del nacionalismo catalán" por haberlo dejado "al margen" de las aportaciones económicas de la denominada 'caja de solidaridad' para pagar las fianzas de los presos. El exconseller agradece a los amigos catalanes en Madrid y madrileños, y simpatizantes que lo ayudaron. Vila también explica que Jordi Sànchez fue de los primeros que lo defendió en público, y que ha ido manteniendo una buena relación con otros presos como, sobre todo, Jordi Cuixart.

En cambio, critica al presidente del Govern, Quim Torra, por no haber -le dirigido la palabra cuando coincidieron en el juicio del Supremo: "Aunque tengo la impresión que me evitaba, tomé la iniciativa de irlo a saludar y, quizás porque lo cogí desprevenido, me correspondió, a pesar de que lo hizo de manera escueta. 'Gracias por acompañarnos, presidente,' le dije en catalán, mientras le extendía la mano. Torra se limitó a saludarme, sin decir nada", relata a Vila.

El exconseller también admite que, "visto con perspectiva", resulta "bastante incuestionable" que no tendría que haber aceptado formar parte del Govern tan "ecléctico e inestable" que se formó a partir de enero de 2016, después de las elecciones del 2015 con JxSí.

Finalmente, Vila apunta que uno de los escenarios posibles que ve para el espacio de JxCat y PDeCAT es la refundación del centro catalanista en torno a un "movimiento-partido nuevo", con centristas, liberales y socialdemócratas. Esta nueva formación tendría que tener "claro" que Catalunya es una nación pero que también tenga presente que la política se tiene que centrar en la "mejor socialización de la riqueza y la protección social".