Gol (en duda y temporal) en el último segundo del partido. Y con un desgaste palmario de Pedro Sánchez y un precio elevado para la Moncloa. Por ahora, el Gobierno ha conseguido salvar un impuesto de sociedades mínimo del 15% para multinacionales (proveniente de una directiva europea) y algunas de las medidas incluidas en los dos paquetes fiscales que pactó con Junts (beneficios fiscales a PYMES y microempresas, un aumento del IRPF a las rentas altas y bonificaciones en clubs deportivos sin ánimo de lucro) y con Sumar, pero el acuerdo que lo ha hecho posible hace aguas justo después de gestarse. Eran las once de la noche (con las votaciones paradas desde hacía dos horas y media), cuando ERC, Bildu y el BNG han difundido el compromiso del PSOE de prorrogar un año más el impuesto a las energéticas a través de un real decreto ley. A cambio, las tres formaciones avalarían el dictamen de la ley del impuesto complementario para garantizar un nivel mínimo global de imposición a las multinacionales (a la que se habían incorporado algunas enmiendas) que se sometía a votación en la Comisión de Hacienda. Ahora bien, el nuevo impuesto a las energéticas se tendrá que convalidar en el Congreso más adelante (queda, por lo tanto, fuera de esta ley) y Junts, que es contrario a este gravamen y que consiguió que desapareciera en la negociación con el PSOE, lo hará descarrilar con toda probabilidad. Por lo tanto, es un compromiso simbólico en medio del equilibrismo que tiene que mantener la Moncloa para conjugar intereses enfrentados.
Pero hay más: pocos minutos después de la votación final, el Ministerio de Hacienda ha distribuido un breve comunicado en el que se limitaba a “aclarar” que el Gobierno “mantiene” su acuerdo con Junts para “no grabar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización”. Tres líneas ambiguas que permiten constatar que los socialistas juegan a dos bandas. Y otro actor que entra en juego: Podemos. “Sin garantías que Junts también lo apoyará, es poco más que papel mojado. Podemos solo apoyará esta reforma fiscal si el impuesto realmente se mantiene”, ha advertido la líder de los morados, Ione Belarra, en Twitter. Y sus cuatro votos podrían bloquear la ley en el pleno del próximo jueves. Eso sí, el PSOE gana tiempo después de salvar la pelota de partido en la Comisión de Hacienda por 20 votos a favor y 17 en contra. Asimismo, los socialistas confían en que podrán prorrogar el impuesto en la banca, que se volverá a votar el jueves en el pleno de la cámara baja. Este lunes, tanto ERC como Bildu han impedido que prosperara en dos votaciones, pero las dos formaciones se comprometen a apoyarlo el jueves (aunque no está claro cuál será el redactado que se someterá a votación).
Todo eso ha pasado en una nueva tarde agónica e inédita en el Congreso de los Diputados, con las votaciones paradas más de cuatro horas. La sesión ha empezado a las cinco de la tarde y se ha acabado de madrugada. En el medio, muchas llamadas por parte de todos los actores involucrados, conversaciones a todos los niveles, negociaciones in extremis y una absoluta incertidumbre que ha sobrevolado todo el rato la Carrera de San Jerónimo. Las enmiendas se han votado una en una durante una hora y media y a las ocho y media, cuando todo conducía a la votación final sobre el conjunto de la norma (con los cambios introducidos), el presidente de la comisión, el socialista Alejandro Soler, ha anunciado un receso. El Gobierno ha movilizado sus efectivos y ha intentado seducir a ERC, Bildu y el BNG para garantizar los votos necesarios para salvar el texto, aunque había quedado recortado en buena parte de las pretensiones de los socialistas. Una hora después, el presidente ha vuelto para informar a los diputados (y los periodistas), que la sesión no se reanudaría hasta las once de la noche. Los diputados se han reincorporado, pero finalmente la votación se ha producido casi a la una menos cuarto de la madrugada. Este desenlace ha llegado después de que el PSOE se viera obligado a suspender dos veces la Comisión de Hacienda: el lunes pasado se aplazó con la voluntad de seguir negociando e intentar encontrar la solución entre las diferentes posiciones, que continuaban enrocadas y enfrentadas, y el jueves, en el segundo intento, los socialistas y el resto de partidos tampoco consiguieron la fumata blanca.
¿Qué se ha incluido en la ley?
Recapitulemos. De momento, el texto del Proyecto de ley de un impuesto complementario por garantizar un nivel mínimo global de imposición para los grupos multinacionales que se ha aprobado en la Comisión de Hacienda (y que queda a merced de la última votación el jueves, donde el voto de Podemos será clave) incluye, entre otras medidas, beneficios fiscales a PYMES y microempresas, un aumento de dos puntos del IRPF a las rentas del capital a partir de 300.000 euros y una bonificación del 100% de la cuota empresarial para clubs deportivos sin ánimo de lucro. Son tres cuestiones promovidas por Junts y acordadas con el PSOE. Además, del pacto entre el PSOE y Sumar, se ha validado la inclusión del colectivo de los artistas en el cómputo de rentas irregulares para mejorar su tratamiento fiscal. También han salido adelante tres enmiendas del PNV relativas a deducciones en el IRPF para obras de mejora de eficiencia energéticas y para poner fin al fraude de los hidrocarburos. Además, se ha dado luz verde a corregir la reforma del impuesto de sociedades del Ministerio de Hacienda de Cristóbal Montoro. Ahora bien, han caído, por ejemplo, la subida fiscal en el diésel que quería al PSOE (por el voto en contra de Sumar) y la eliminación, que reclamaba Sumar, del régimen fiscal especial de las socimis (sociedades anónimas cotizadas de inversión en el mercado inmobiliario) y de la exención a las primas de seguros privados sanitarios (por el rechazo del PSOE).
El PP denuncia un “secuestro” en la Comisión de Hacienda
Durante todo el rato que se ha alargado la incertidumbre, los diputados del PP no daban crédito. “El Gobierno tiene secuestrada la Comisión de Hacienda”, denunciaba en Twitter al portavoz de los populares en el Congreso, Miguel Tellado. Y se ha sumado el diputado Santi Rodríguez justo antes de la votación final: “Ha sido una falta de respeto al conjunto de la comisión, al personal de la cámara y a los medios de comunicación. Una suspensión de unos minutos no se puede transformar en un secuestro de más de cuatro horas del conjunto de la Comisión, que está a lo que nos ha sometido la arbitrariedad de la presidencia, que está únicamente al servicio del Gobierno”. A la salida, el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, ha lamentado el “esperpento” que se ha vivido y ha considerado que demuestra que el Gobierno es “inviable” y que la legislatura está “fallida”. “Es más característico de un gobierno bananero que de un gobierno democrático”, ha lamentado. Y ha mirado al futuro: “Si no son capaces de sacar eso en condiciones sin este espectáculo, ¿qué pasará con los presupuestos?”.
Junts y ERC, enfrentados durante el debate
Durante el debate, el diputado de Junts Josep Maria Cruset ha reivindicado que los juntaires han negociado con "firmeza y rigor, defendiendo los acuerdos con contundencia". "Si el Gobierno no tiene mayoría, hay que hacer política. Y ha tenido que hacer política. Junts ha negociado, ha llegado a acuerdos y tiene que cumplirlos. ¿Qué hemos propuesto? Eliminar lo que es nocivo para Catalunya: reducir los impuestos y la factura a los ciudadanos y preservar inversiones estratégicas y puestos de trabajo que dependen de ello", ha subrayado. "De aquí ha salido una propuesta muy potente, alejada de cualquier clave partidista, haciéndose en beneficio de Catalunya y de sus ciudadanos", ha concluido.
Por su parte, la diputada de ERC Pilar Vallugera ha reconocido que los republicanos son "conscientes de la aritmética" que hay en el Congreso, pero ha puesto de relieve que ellos "apostaron por un gobierno de izquierdas". "No para que unos cuantos lobbies nos gobernaran", ha añadido. "En esta cámara, hay lobbies que se dedican a defender intereses económicos determinados", ha lamentado. Ha subrayado que ERC está "al servicio de las clases populares y trabajadoras" y ha dejado claro que, para ellos, no se podía eliminar un impuesto, el de las energéticas, que "no les ha hecho ningún daño a escala económica y de competitividad". "Me parece flagrante que digan que cuando suben los impuestos los que estás conseguido beneficios lo reporten a los consumidores y nos quedamos tan tranquilos, es una estafa. Los impuestos es lo que hace que haya sanidad y vivienda pública", ha remachado.