Los TEDAX han evacuado este miércoles el Ministerio de Defensa después de una falsa alarma por dos paquetes sospechosos de contener explosivos a su interior. Al recibir un posible paquete sospechoso, la sede de Defensa ha activado el protocolo y ha desalojado parte del personal del edificio, mientras los especialistas en explosivos se desplazaban hasta la zona para analizar el envío. Finalmente, los TEDAX han determinado que no contenía explosivos u otras sustancias explosivas y que se trataba de una falsa alarma. Concretamente, pasadas las 13.30 horas, las fuerzas de seguridad del Estado han sido alertadas de la detección de dos paquetes sospechosos en la sede del Ministerio de Defensa. Después de poner en marcha el protocolo de actuación, los especialistas han comprobado que el paquete no contiene ninguna sustancia nociva.
Este no es el primer envío sospechoso que recibe este ministerio. Justamente hace unos dos meses que Defensa también recibió un paquete que, al pasarlo por el escáner, se consideró sospechoso y se avisó a los TEDAX para desactivar los explosivos. La policía española ya detuvo en Miranda de Ebro, en Burgos, a un hombre relacionado con este envío, y también con la carta bomba que recibió la embajada de Ucrania en Madrid que dejó herido un trabajador y otra misiva enviada a la empresa de Zaragoza que fabrica los lanzagranadas que se entregan en Kyiv. El presunto autor de estas cartas también habría enviado un tercer paquete a la base de Torrejón de Ardoz y al presidente español, Pedro Sánchez.
Los otros paquetes enviados
Aunque el envío de este martes ha sido una falsa alarma, el Ministerio de Defensa está en alerta después de los paquetes sospechosos con explosivos recibidos. La primera carta bomba que se conoció públicamente fue la que llegó a la Embajada de Ucrania en Madrid, donde un militar resultó herido leve al abrir el paquete en el jardín de la sede. Con respecto a las otras -la primera, el 24 de noviembre en la Moncloa, aunque no trascendió hasta días después-, todas eran iguales, con la dirección escrita a mano y con el mismo sello, y pudieron ser detonadas de manera controlada, sin provocar a ningún herido.
Precisamente, una de estas cartas que no explotó sirvió para poder llegar a la casa del presunto autor. Se trata de un hombre jubilado de 74 años que vive en Miranda de Ebro y que fue arrestado por los cuerpos policiales. El pasado 3 de enero el juez de la Audiencia Nacional que investiga el envío de esta serie de cartas con explosivos acordó abrir una nueva línea de investigación para llevar a cabo una serie de indagaciones de carácter tecnológico, que desencadenaron la detención del presunto responsable.