El principal diario suizo, Neue Zürcher, ha asegurado que el alto representante diplomático de la UE, Josep Borrell, hizo la semana pasada "el ridículo" ante el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, cuando este expulsó a tres diplomáticos de países comunitarios mientras estaba reunido con el exministro español y después denunció una "doble vara de medir" con Rusia recordando que en España existen presos políticos y exiliados. El diario habla abiertamente de "derrota, fallo" de la diplomacia exterior de la UE, que ha quedado con la credibilidad "gravemente dañada".
"La visita a Rusia salió mal. En contra de la opinión de polacos, bálticos y rumanos, pero con el apoyo tácito de alemanes, franceses y holandeses, Borrell viajó a Moscú la semana pasada. Allí dejó que lo llevaran al huerto y que lo avergonzara el ministro de Exteriores ruso", explica. Añade que era evidente que Rusia no estaba interesada en la visita de Borrell, en medio de las protestas en el país por la detención de Navalni, y que por eso habrían decidido lanzar un mensaje.
Según Neue Zürcher, Borrell no tuvo en cuenta que Lavrov es "un veterano de la diplomacia". "Aunque a sus 73 años, Borrell tampoco es un pardillo", añade. Y se pregunta por esta razón por qué la UE se expresa "de forma tan débil" en el exterior. Según su interpretación, si no existe un posicionamiento fuerte de al menos dos grandes estados de la UE, el papel comunitario en el exterior siempre es débil "como un tigre de papel". "Y Moscú lo sabe", advierte.
El diario apunta que se ha producido en enero un segundo error diplomático, en este caso protagonizado por la superior de Borrell, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuando consiguió colocar controles fronterizos en la frontera irlandesa para impedir que vacunas de la UE fueran a parar al Reino Unido. La decisión "puso en riesgo los acuerdos de paz" anglo-irlandeses y se tuvo que retirar en las pocas horas.
Por su parte, el principal semanario alemán, Der Spiegel, se ha referido a la oposición que encontró ayer Borrell en el Parlamento Europeo, cuando se debatió su estancia fallida en Rusia. El semanario recoge declaraciones del eurodiputado rumano Siegfried Muresan, del grupo democristiano del Partido Popular Europeo, que recuerda que antes del viaje de Borrell ya advirtió que la visita sólo favorecería al presidente ruso, Vladímir Putin. "Y así sucedió. La rueda de prensa fue un espectáculo de Lavrov", ha añadido.
Los eurodiputados del partido de la canciller alemana, Angela Merkel, son más prudentes, a pesar de reconocer el patinazo de Borrell, coincidiendo con el hecho de que el país mantiene tratados energéticos con Rusia, especialmente por el gas. La dirigente de la CSU Angelika Niebler, que no quiso firmar el manifiesto de 80 eurodiputados que piden la dimisión del exministro español, ha justificado que primero se tiene que escuchar a Borrell, a pesar de admitir que el alto representante de la UE no hizo gala "del arte de la diplomacia". El dirigente de la CDU, Daniel Caspary, ha coincidido que un debate ahora sobre la dimisión del exministro haría el juego a Rusia.
Lo que es evidente es que el viaje de Borrell está causando división en la UE.