La prensa española ha reaccionado con desolación y rabia por como ha ido la detención y posterior salida en libertad del president en el exilio, Carles Puigdemont, porque ha resultado infructuoso el intento de propiciar una extradición desde Italia. La apuesta, en la que según algunas fuentes ha estado implicado el Gobierno español a través del ministerio del Interior, ha resultado sonoramente fallida.
Las muestras de desolación son visibles en varias noticias y artículos. La periodista Lucía Mendez ha publicado en El Mundo un artículo titulado "Pesadilla Puigdemont", donde ya prefigura la derrota. "La alegría dura poco en la casa del pobre. La cuestión catalana vuelve con toda su devastación política encima. Puigdemont resucita de entre las nieblas de Bruselas. Justo en el mejor momento para los que añoran un poco de calma", señala. "En Cerdeña se ha roto el marco tan laboriosamente elaborado por Pedro Sánchez. Puigdemont ha vuelto del mundo de las sombras de Bruselas precisamente a Cerdeña, donde la herencia de la cultura catalana de varios siglos es visible desde que el viajero pone el pie en el aeropuerto de L'Alguer", añade.
"Puigdemont resucita con capacidad para revitalizar a los que buscan un segundo choque frontal con el Estado, y que sea lo que Dios quiera. Con posibilidades ciertas para amargar la existencia de los que añoran la calma y el sosiego. Ya es casualidad que lo haga en un lugar tan emblemático como el Alguer, donde se habla catalán. Ya es casualidad que aparezca precisamente en este momento, y no en cualquier otro. Pase lo que pase -sea entregado en España o puesto en libertad-, Puigdemont disfrutará de momentos de gloria", reconoce.
El diario El Confidencial ha publicado un artículo del periodista José Antonio Zarzalejos, donde intenta descargar la presión en el presidente español, Pedro Sánchez. "El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió de manera solemne a traer a Puigdemont a España para que respondiera a la Justicia. Lo hizo el 5 de noviembre del 2019, poco antes de las últimas elecciones generales. Formuló un compromiso de Estado, estableció un objetivo de superioridad democrática y garantizó la igualdad ante la ley. Y, sobre todo, pretendió arraigar la idea de que el Estado no bajaba los brazos ante el desafío del político catalán. Ni a Sánchez ni al Gobierno corresponde la gestión de la extradición, pero sí la política exterior, el trabajo permanente de refutar el discurso separatista de Puigdemont, la tarea de propiciar su aislamiento en la Unión Europea y la obligación de anteponer las cuestiones de principio sobre las alianzas de coyuntura que les permiten -si bien con difíciles equilibrios parlamentarios- mantenerse en el poder", ha indicado.
La Razón ha recogido la frase de Puigdemont cuando ha salido de la prisión de Sassari, que ha sonado como un trueno en Madrid: "España nunca pierde la oportunidad para hacer el ridículo", ha indicado.
También ha reconocido que Puigdemont podrá volver con toda libertad a Bruselas, libre y sin medidas cautelares, todo lo contrario de lo que decía el Tribunal Supremo.
Y el diario Abc ha publicado un artículo encendido contra la concentración que se ha celebrado en la avenida Diagonal de Barcelona, escrito por José F. Peláez. "Juntos cantan 'Bella Ciao', esta canción de los partisanos antifascistas italianos, que es como si en una manifa de Colón se abrazaran todos cantando alguna de Ismael Serrano. "Papa, explícame otra vez esta historia tan bonita de chekas y comunistas". Los dos se miran y sonríen cuando, en un giro brillante y creativo, el misionero cambia la letra, improvisando un 'catalano' donde tenía que decir 'italiano'. Son cosas de indepes, humor nacionalista en qué la Pilar responde ampliando la sonrisa, como aprobando el golpe de ingenio y el twist de talento del catequista. Y sigue dando palmas asincopadas, otoñales, palmas que sueñan con golpes de estado y presidentes prófugos", ha soltado.