Se ha destapado un nuevo caso de una policía española infiltrada en movimientos relacionados con el independentismo o el catalanismo. Se trata de Marta, o la persona que se ha hecho llamar así durante quince años, según una investigación de El Salto y la Directa. Estos dos medios, durante los últimos tres años, han destapado un total de nueve casos de infiltraciones policiales en el mundo del activismo relacionado con Catalunya y, este concreto, lo protagoniza una mujer de 62 años. Se trata de la funcionaria del Ministerio del Interior Maria Ángeles G. A., que los últimos años se ha presentado como Marta y se ha infiltrado en el colectivo Madres contra la Represión. Maria Ángeles, que dentro de tres años ya se podrá jubilar del cuerpo de la policía española, se licenció en la escuela de policía el año 1985.

Según los citados medios, la agente que se hacía llamar Marta es el caso de infiltración policial de más avanzada edad y durante el periodo más largo, hasta ahora. El agente acumulaba una larga trayectoria como agente infiltrada en diferentes espacios políticos de Madrid, que van desde locales autogestionados como el centro social El Laboratorio hasta colectivos de apoyo a presos del Grapo y del independentismo del País Vasco, pasando por la Coordinadora Antifascista y diferentes espacios anti-represivos. Pero no solo eso, ya que la infiltrada también tenía el ojo puesto en las movilizaciones solidarias con el procés catalán.

Apoyo a los catalanes

El mes de septiembre de 2017 participó en Madrid en los actos de protesta en contra de la represión previa al referéndum del 1 de octubre. Concretamente, el 17 de septiembre de 2017, Maria Ángeles G. A. participaba en un acto en Lavaiés, organizado por la entidad Madrileños por el derecho a decidir, donde también estaban invitados Joan Tardà (ERC), Jordi Cuixart (Òmnium), Natàlia Esteve (ANC), Núria Gibert (CUP) o Eduardo Reyes (Súmate). Pocos días después volvía a protestar por los registros en el Departament d’Economia y lo hacía también en Madrid, en la Puerta del Sol, sosteniendo la pancarta principal y con varias esteladas de fondo. El Salto ha contactado con la infiltrada para corroborar la información y ella ha dicho: "Ya nada me afecta, no tengo ninguna intención de hacer una declaración y no confirmo nada".

El colectivo de Madres contra la Represión tenía sospechas de quién era realmente Marta y es por eso que se decidió pararle los pies. Durante meses investigaron y acumularon testimonios para, finalmente, con las pruebas suficientes, citarla a una reunión y expulsarla del colectivo. La reacción de la agente sorprendió a las integrantes del colectivo: "Primero nos dijo, muy tranquila, que le dijéramos su número de placa, una respuesta muy de policía, y después de decirnos que ella no llevaba toda la vida luchando para ahora eso, simplemente se fue", dice uno de los testimonios recogidos. "Si a mí me acusan de ser agente policial infiltrado, siendo militante anti-represiva y antifascista, lo mínimo que hago es defenderme, pero ella no hizo nada, solo abandonó los grupos", añade. Maria Ángeles G. A. se marchó de Madres contra la Represión, pero no borró su perfil de Twitter donde, de sopetón, empezó a publicar mensajes con contenido fascista e hizo befa de noticias que relataban casos de policías infiltrados pillados, según explica una miembro del colectivo.