Con la reunión clave donde los cuadros de ERC deben decidir si compran el acuerdo que la dirección de su partido ha alcanzado con el PSOE aún en marcha, republicanos y socialistas han hecho públicos los detalles del pacto. Como ya trascendió hace un par de días, uno de los elementos principales que incorpora el documento firmado por ambas partes es que los catalanes acaben votando a través de una consulta ciudadana el resultado que surja de la mesa de negociación entre el Govern de la Generalitat y la Moncloa. La consulta se realizará "de acuerdo con los mecanismos previstos o que se puedan prever en el marco del sistema jurídico-político", cosa que abre la puerta a nuevas vías dentro de la legalidad vigente.
Asimismo, en las dos páginas que ocupa el pacto hecho público se explicita que "todas las partes aportarán con libertad de contenidos sus propuestas detalladas sobre el futuro de Catalunya". Eso sí, incluye una cláusula, el "respeto a los instrumentos y los principios del ordenamiento jurídico". Fuentes de ERC explican que eso implica que el marco no tiene porque ser necesariamente la Constitución -que no se menciona en ningún momento- sino, por ejemplo, la legalidad internacional.
La concesión central que los de Junqueras han conseguido arrancar de los socialistas es la creación de un nuevo espacio de diálogo entre gobiernos al más alto nivel, en el cual se sienten los dos gobiernos bilateralmente, con reconocimiento institucional mútuo, para abordar "el conflicto político".
El compromiso alcanzado es que esta mesa negociadora se cree a lo largo de las próximas dos semanas, en los 15 días posteriores a la formación del nuevo gobierno progresista. En relación al contenido, el documento recoge que la mesa "actuará sin más límites que el respeto a los instrumentos y a los principios que rigen el ordenamiento jurídico y democrático". La oferta inicial del PSOE pasaba por circunscribir el diálogo entre ejecutivos a la comisión bilateral Estado-Generalitat, un órgano en que lo que se despachan son cuestiones relacionadas con las competencias transferidas.
Desde el 28 de noviembre, el día de la primera reunión pública, los dos partidos han ido acercando posiciones después de una cadena de reuniones a la luz de los medios, otras tantas privadas e incontables conversaciones telefónicas. Finalmente el acuerdo suscrito queda a caballo entre las exigencias de unos y otros. Tanto ERC como el PSOE las consideran aceptables y suficientes para adentrarse en una nueva fase.
Turbulencias en el Govern
La decisión final de ERC llega enmarcada en la enésima crisis abierta en el seno del Govern, motivada precisamente por la voluntad de los republicanos de explorar el camino del diálogo. A primera hora de esta mañana, el president Quim Torra ha trasladado al vicepresident Pere Aragonès que no asume el acuerdo al cual se ha llegado con el PSOE y le ha insistido en que cualquier pacto debe acabar con una votación sobre la independencia de Catalunya.
Esta misma mañana, Pere Aragonès ha compartido con Quim Torra los detalles del pacto con los socialistas. Aunque no le ha convencido, el vicepresident le ha invitado a participar y a defender juntos el derecho de autodeterminación. Para Torra, que a pesar de las discrepancias y las acusaciones de deslealtad ha evitado en todo momento descartar acabar sentándose en la mesa de negociación con el Estado, el único resultado final válido es el ejercicio de la autodeterminación. Es decir, que la votación sea sobre la independencia.