La semana en que se conmemora el cuarto aniversario del referéndum del 1 de Octubre tenía que ser también una semana clave para el gobierno de Pere Aragonès. Después de superar -a duras penas- la primera reunión de la mesa de diálogo y con el Pla de Govern aprobado por el Consell Executiu, el president afronta su primer debate de política general. Hasta el jueves pasado la perspectiva era que transcurriera de manera más o menos plácida, dentro de los parámetros instalados los últimos años en la política catalana y después de que Aragonès y el vicepresident, Jordi Puigneró, habían enfriado al día siguiente de la reunión con Pedro Sánchez la crisis abierta por la exclusión de Junts de la mesa de diálogo.
No obstante, todo quedó congelado sobre las ocho y media de este jueves, justo en el momento en que el president Carles Puigdemont aterrizaba en el aeropuerto del Alguer y era detenido por un grupo de agentes de la policía italiana.
El impacto de la detención ha estallado directamente encima de la mesa de diálogo, y el efecto se ha multiplicado por las informaciones en medios de Madrid sobre la intervención de la policía española. Las dudas que rápidamente se extendieron sobre el papel del Gobierno español han contribuido a hurgar en las diferencias entre los socios de Govern sobre la apuesta por el diálogo. Puigdemont lo confirmó en la rueda de prensa que protagonizó el sábado en que aseguró que el Gobierno tenía mucho interés en su detención.
Aragonès defiende el diálogo
Tanto Aragonès como la portavoz de ERC, Marta Vilalta, han tenido que salir este lunes a defender la mesa de diálogo. El president se escuda en el argumento que lo que pasó el jueves demuestra la necesidad de conseguir la amnistía, que reclama en la negociación, y ha asegurado que no le constaba ninguna intervención del Estado. "Si alguien tiene otra alternativa que la diga", ha reclamado Vilalta.
Pero Junts no desperdiciará la carta que le ha dejado en las manos el grave patinazo que ha protagonizado el Estado español en su persecución contra el exilio. En la rueda de prensa posterior a la reunión de la ejecutiva del partido, la portavoz, Elsa Artadi, ha atribuido a Pedro Sánchez una obsesión por ver a Puigdemont detenido y ha descrito la mesa de diálogo como una negociación "entre socios parlamentarios en Madrid".
Junts, que ya tenía previsto situar como uno de los ejes de la intervención de su portavoz, Albert Batet, la reivindicación del mandato del 1-O, no dudará a aprovechar el protagonismo que ha asumido su líder este fin de semana y que tendrá la segunda parte el próximo lunes cuándo tenga que volver a Sassari para comparecer ante la jueza. Además de valorar que todo lo que ha ocurrido demuestra el acierto de apostar por el exilio, Junts insiste que la detención del jueves confirma que la voluntad de diálogo de Sánchez no es creíble mientras se mantenga la represión.
Aragonès, que ya tenía que salir a la tribuna a defender una mesa de diálogo de la cual ha excluido a los socios de Govern y que provoca todo tipo de recelos en la CUP, no tendrá más remedio que hacerlo además en plena polémica por la detención de Puigdemont y cuando la figura del expresidente ha recuperado un protagonismo que los últimos meses sumergido en la política europea había desdibujado.
Apoyo del PSC y comunes
En este contexto, la apuesta clave de Aragonès para esta legislatura -y punto número uno del Pla de Govern- conseguirá el apoyo del partido que lidera la oposición, el PSC. La portavoz socialista en el Parlament, Alícia Romero, ha salir hoy mismo a defender "la voluntad y el compromiso" del gobierno del PSOE con el diálogo. También los comunes han avalado la apuesta por la mesa de negociación.
De hecho, el apoyo de ERC al gobierno de Pedro Sánchez será otro de los puntos calientes en el cara a cara con Junts, que insistirá en reclamar la unidad del independentismo para negociar los presupuestos en Madrid. Aragonès ya ha dejado claro en una entrevista esta mañana en RNE su escepticismo ante esta propuesta que atribuye al intento de desgastar a ERC.
Por si no se le había girado bastante trabajo a Aragonès, este martes el Consejo de Ministros aprobará otro de los temas polémicos de este inicio de curso, el documento de regulación aeroportuario (DORA). El documento que aprobará el gobierno español no contempla la ampliación del aeropuerto de Barcelona, después de que el ministerio de Transportes, Raquel Sánchez, anunció que El Prat quedaba fuera a raíz de la oposición del gobierno a que la ampliación afectara a La Ricarda.
El debate de política general empezará este martes por la tarde y acabará el jueves, justo la víspera del 1-O. Justo también el día en que el rey, Felipe VI, viajará en Barcelona para participar en la inauguración de la Feria Automobile. Los organizadores han adelantado un día la inauguración para que no coincida con el día en que se conmemora el cuarto aniversario del referéndum. Todo ello, pues, una semana intensa, hasta el próximo lunes, en que Puigdemont tendrá que volver a declarar ante la jueza de Sassari.