La Diada 2016 ha caído en domingo, que es el día del Señor y fecha en que las Hojas Dominicales de cada diócesis publican las cartas semanales de los respectivos obispos. Cinco de los diez ordinarios de Catalunya no hacen mención de la Diada en sus epístolas. Entre estos figuran cuatro que no son nacidos ni formados en Catalunya: Joan Josep Omella, arzobispo de Barcelona, aragonés de habla catalana formado en el seminario de Zaragoza; Agustí Cortés, obispo de Sant Feliu, y Salvador Giménez Valls, obispo de Lleida, ambos valencianos formados en València, y Josep Àngel Saiz, obispo de Terrassa, nato en Cuenca, que estudió en Toledo. A estos hay que añadir dos prelados locales: el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, nacido en Guissona (Urgell) y formado en Roma, y Romà Casanovas, obispo de Vic, de Deltebre (Baix Ebre) y formado en el seminario de Tortosa.
En cambio, hablan de la Diada en su carta semanal cuatro obispos, nacidos y formados en Catalunya excepto Enrique Benavent, obispo de Tortosa, de Quatretonda (La Vall d'Albaida, València) y formado en València. Los restantes son Francesc Pardo, obispo de Girona, de Torrelles de Foix (Alt Penedès), que estudió en la Facultad de Teología de Catalunya de Barcelona; Joan Enric Vives, obispo de Urgell y copríncipe de Andorra, de Barcelona y formado en el seminario de Barcelona; y Xavier Novell, obispo de Solsona, hijo de Montfalcó d'Agramunt (Urgell), que estudió a Lleida y Barcelona.
Los obispos que no aluden a la Diada tratan todos ellos de temas relacionados con el Año de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco el pasado 8 de diciembre. Pujol (Tarragona), por ejemplo, habla de rogar por los difuntos, Omella (Barcelona) del papel de las parroquias en la integración de los inmigrantes (con cita al traspasado obispo Joan Carrera incluida) y Casanovas (Vic) del Jubileo de las Familias (pdf), que su diócesis celebra el domingo 18. El único que no sigue esta línea es Giménez, el de Lleida, que dedica su carta a los 25 años de Instituto Superior de Ciencias Religiosas.
El arzobispo de Barcelona ha hecho fruncir el ceño a algunos por no haber presidido, como hacía su antecesor Martínez Sistach, la misa por los patriotas muertos el Onze de Setembre de 1714. Omella alegó problemas de agenda. El hecho ha puesto las pilas en el sector antinacionalista y conservador de la archidiócesis.
Los obispos que hablan de la Diada lo hacen con varias graduaciones. La menor corresponde a "Iglesia, Estado y sociedad", donde Benavent (Tortosa) arranca comparando la Diada con el 9 de Octubre (una parte del territorio de su diócesis está en el País Valencià). En tono neutral, recuerda que son fechas para "reflexionar en el modelo de Estado". Y añade: "Ningún marco jurídico es un dogma de fe inmutable por naturaleza. Por eso, sobre la organización política y territorial del Estado pueden existir entre los mismos cristianos diferentes sensibilidades".
Pardo, en "Diada Nacional, fiesta, celebración, identidad y plegaria" (pdf), va ensartando una de cal y otra de arena y cierra con una cita de San Agustín que es un clásico contemporizador: "Unidad en aquello que es esencial, libertad en aquello que es opinable, y siempre caridad".
Los más soberanistas son los de Urgell y Solsona. Vives en "Amar el propio país", recuerda que "el Catecismo enseña el valor religioso del amor a la patria" y cierra citando la Visita Espiritual a la Mare de Déu de Montserrat de Torras i Bages. Novell, favorable confeso al derecho a decidir, titula su carta "Vamos!". Da por hecho que la hoja de ruta del actual Govern saldrá adelante y convoca a todos los cristianos, favorables o no a la independencia, a implicarse en la futura Constitución catalana para que sea "respetuosa con el hecho religioso y con la tradición cristiana de Catalunya".