Las limitaciones impuestas por el coronavirus y la tensión entre las fuerzas independentistas han marcado el acto político de la Diada de este año, la primera desde el 2012 en que no se convoca una movilización multitudinaria en la calle. Actos de pequeño formato por todo el territorio, algunos organizados ante instituciones e infraestructuras del Estado, han denunciado de nuevo la represión contra el procés, pero también han hecho evidente el enfado a raíz de la división que muestran las fuerzas independentistas y la falta de concreción de una hoja de ruta.
"Nuestra primavera volverá antes cuanto antes cerremos esta etapa sin rumbo que ya dura demasiado", ha reprochado la presidente de la ANC, Elisenda Paluzie, desde el escenario del acto central organizado en la plaza Letamendi de Barcelona, delante de la sede de la delegación de Hacienda. Paluzie ha advertido que el independentismo no puede esperar el acuerdo de los partidos para "reanudar el camino" y les ha reprochado que con "renuncias y divisiones" crean frustración.
"Estamos hartos de la división y de la táctica, y exigimos ya una estrategia", ha reclamado la responsable de la Asamblea que se ha dirigido directamente al "vicepresident legítimo, Oriol Junqueras, y president legítimo, Carles Puigdemont", para pedirlos: "por favor léeos cada uno el libro del otro. Reflexionad y haced una propuesta conjunta".
Paluzie ha advertido que la paciencia de la gente no durará para siempre, y ha recogido uno de los lemas que el independentismo dirige al Estado para reclamar a los partidos "sit and talk". "Nosotros tenemos una propuesta, trabajad para sumar más del 50% estas próximas elecciones, y después respetad el mandato del 1-O y proclamad la independencia", ha exigido.
Toque de atención de Mauri
Antes de la intervención de Paluzie, también el vicepresidente de Omnium, Marcel Mauri, ha dedicado un toque de atención a JxCat, ERC y la CUP. "A menudo tenemos la sensación de que el nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. Esta disputa interna permanente. Ya tenemos bastantes de peleas y debates estériles. La represión del Estado busca eso, la división, la desunión," ha reprochado.
Mauri ha advertido que esta situación no es excusa para volver a fijar un objetivo que permita completar el horizonte del independentismo. "Hoy apelamos a los políticos soberanistas e independentistas a que no os dejáis llevarse por los intereses de partido. Os pedimos que penséis en el país entero, porque sino la ciudadanía sabrá ponerse de nuevo al frente", ha subrayado.
No renunciar a ninguna vía
El vicepresidente de Òmnium ha llamado a ser "más determinados" y no renunciar a ninguna vía siempre pacífica ante un Estado que "sólo sabe responder con represión y violencia". "Con el diálogo y la negociación por bandera, sí, pero sin renunciar a la confrontación cuando lo que está en riesgo son los derechos fundamentales", ha subrayado.
La Diada de este año se ha celebrado seis días antes de la vista en el Tribunal Supremo que tiene que ratificar la condena de inhabilitación contra el president de la Generalitat, Quim Torra, por haber desobedecido la orden de la Junta Electoral Central de descolgar la pancarta en apoyo a los presos políticos de la fachada del Palau. La respuesta ante esta posible inhabilitación ha hecho evidente, de nuevo, las crecientes diferencias y tensiones entre las fuerzas independentistas.
Por el contrario, desde el Estado se ha mantenido la presión contra el procés. Precisamente, el Tribunal Constitucional ha escogido el 11 de Septiembre como la jornada en que ha hecho pública la decisión de rechazar suspender las órdenes del Supremo de busca y captura contra Carles Puigdemont y Toni Comín.
La mayor manifestación de Europa
En este contexto, la Asamblea ha convocado a pesar del coronavirus y en medio de críticas de las fuerzas unionistas, lo que la misma Paluzie ha descrito como la "manifestación adaptada a la Covid mayor de Europa". En lugar de organizar una gran acto multitudinario, la ANC ha montado 131 actos por todo el territorio, en medio de estrictos medidas de seguridad y con registro previo, que han reunido a casi 60.000 personas.
Por la mañana el acto de Òmnium que ha llenado el paseo Lluís Companys de Barcelona con 2.850 sillas vacías para simbolizar los represaliados por el Estado, se ha convertido en la imagen más gráfica de esta Diada insólita, con calles vacías.