Cuando Neil Amstrong pisó la luna hace 50 años, a 384 mil kilómetros Diana Krall daba sus primeros pasos con el piano. Tras la muerte del astronauta, la canadiense le homenajeó con “Fly me to the moon”, la icónica pieza de Frank Sinatra que este sábado también le ha dedicado en el Festival de Cap Roig.
Este ha sido sin duda uno de los momentos más destacados de una velada cálida y húmeda, cien por cien Mediterránea, en los jardines de Calella de Palafrugell (Girona) que acogen el certamen de Cap Roig, una de las citas musicales del verano, impulsada por la Fundación Bancaria “La Caixa” y Caixabank, y organizada por Clipper’s Live.
Ya desde el primer tema, “All or nothing at all” -también de Sinatra-, Krall se ha compenetrado a la perfección con sus compañeros de baile, Robert Hurst (bajo), Joe Lovano (saxo) y Karriem Riggins (batería). Este último ha sido el favorito de los asistentes, a juzgar por los aplausos que se ha llevado en cada solo.
Y es que la artista canadiense ha compartido el protagonismo y los aplausos con este trio de músicos en prácticamente todos los temas, dejando paso al frente cada vez que el tema lo requería. A ella, se le ha visto cómoda en todo momento; cruzando y descruzando las piernas tras el piano, azuzándose el pelo de forma sensual, moviendo la cabeza al ritmo de la percusión, concentrándose cuando le tocaba un solo.
A nivel de repertorio, su debilidad por Frank Sinatra no se ha quedado en los dos temas ya mencionados, sino que también se ha lanzado con una versión íntima de “I’ve got you under my skin”. Otros de los temas que ha interpretado durante dos horas han sido “L-O-V-E”, “Devil may care”, “The night we call it a day”, de Bob Dylan; “Boulevard of broken dreams”, “Cheek to cheek”, “I lost my mind in a wild romance”, “Lush life”, “I was doing Alright”, de Ella Fitzgerald, y “Exactly like you”, de Nina Simone.
Krall, que tocó por primera vez en España en 1996, ha buscado la interlocución con el público en casi todas las transiciones, lo que ha abonado el ambiente íntimo, casi de club, en los jardines costabravenses. Hija y nieta de músicos, su ascenso a la cima del jazz empezó desde joven, pues era una adolescente cuando recibió una beca para la Beerkle College of Music de Boston.
A lo largo de su carrera ha vendido más de 15 millones de discos por todo el mundo, ha ganado varios premios Grammy y ha colaborado con artistas de talla internacional como Paul McCartney, Barbara Streisand o Tonny Bennet. Sin ir más lejos, comparte su trabajo más reciente con el veterano crooner. El resultado, “Love is here to stay”, constituye una sutil carta de amor dedicada a la música de los Gershwins.