¿Está tipificado como delito "atentar al interés de España"? ¿O bien "atentar contra el corazón de la democracia española" o "contra el Estado"? Es sólo un ejercicio de lírica penal, recitada por el fiscal que acusa a los procesados por el 1-O. Es también la sustancia de los titulares de los diarios de Madrid y de Ara, con los que se quiere resumir lo que pasó ayer en la vista previa de esta causa en el Tribunal Supremo.

En estas portadas, es la fiscalía la que determina el marco mental desde el que se informa. El núcleo de la sesión de ayer era escuchar argumentos a favor y en contra de si el caso corresponde al mismo Tribunal Supremo o al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya porque es el "juez natural" del lugar donde pasó aquello que se quiere aclarar: rebelión, sedición, desobediencia, malversación —todo presuntamente, claro. Sólo El País indica en portada —en un subtítulo— que los acusados tienen una defensa y actuó, aunque lo describa como "un choque".

Un juicio es el acto donde el juez —o el tribunal— toma conocimiento de la causa sobre la que tiene que pronunciar sentencia. Un juicio no es un choque, aunque el litigio entre acusación y defensa sea la parte más vistosa de la vista oral. En esta causa general, ay, "especial", perdón, contra el independentismo, si quien debe informar toma partido tan descarado por una parte... empezamos fatal.

Esta sincronización de la prensa con el relato fabricado por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, afinado por la fiscalía general y la abogacía del Estado, y sustanciado por el instructor del Supremo, acaba en el llamado "periodismo de Estado", un concepto tan turbio como "música militar" o "democracia popular". En sus portadas casi ninguno de estos diarios destaca que el partido ultra Vox sigue ejerciendo la acusación particular, cosa que no pasará desapercibida a la justicia europea ni a los corresponsales extranjeros.

Dos diarios, La Razón y El Periódico, eligen abrir con el asesinato de Laura Luelmo, un caso que tiene trastornada a la buena gente. Es una opción defendible. Un conocido director de un tabloide británico decía que sólo un caso como el atentado en las Torres Gemelas de Nueva York merecía tres días seguidos de portadas, porque la gente quiere cosas nuevas y sensacionales y se aburren, no tienen una atención tan dedicada. Hablaba de su público. Aquí, el caso 1-O hace muchos días que se arrastra y la vista previa no ha parecido a esos dos diarios de tanto relieve. Tendrán muchos días para volver sobre ese caso.

Entretanto, continúa el tiempo muerto sobre la reunión entre Quim Torra y Pedro Sánchez. Hablan todos del asunto con la boca pequeña (excepto La Vanguardia), pero hablan. Si hoy se decide celebrar esta mini-cumbre bilateral de gobiernos, que parece el formato que adoptará la reunión, y coincide con la decisión del Supremo sobre su competencia en el caso 1-O, se planteará un dilema en las portadas: ¿qué tema manda? Lo sabremos en menos de 24 horas.

Mourinho se marcha

Las portadas de la prensa inglesa parecen celebrar la dimisión o destitución de José Mourinho en el banquillo del Manchester United. En medio del pandemónium organizado por el Brexit, el entrenador portugués, una estrella estrellada, se las gana todas, que le llaman de todo menos bonito, incluida la del Financial Times.