La comparación de portadas de Madrid que más duele a los ojos es la de El Mundo contra la de El País. Da toda la impresión que El Mundo escoge acariciar a los bancos al titular que la sentencia del Supremo "los libera" de abonar el impuesto hipotecario. En cambio, El País titula que el tribunal "carga al cliente el impuesto" y habla de "caos jurídico", prefiriendo hacer protagonistas a la "gente pequeña" que sufrirá la decisión y no a la poderosa banca, que sale beneficiada. La diferencia es sutil –parece un escrúpulo– pero permite conocer de quién se preocupa y cuáles son las preferencias –quizá inconscientes– de cada diario, que es muy dueño de ponerse del lado que le dé la gana, faltaría más. Aquí, sin embargo, queda bien claro que uno está inquieto por los bancos y el otro, por la gente.

En la sentencia de las hipotecas, los tres diarios del frente patriótico nos ahorran las interpretaciones gracias a que el texto de la decisión del Supremo todavía no se ha hecho público. Eso les facilita dar un abrigo al Supremo y dejar abierta una puerta a excusar a todo un alto tribunal que se rectifica a sí mismo –en beneficio de los bancos.

ABC se esfuerza en mostrar que, al fin y al cabo, las cosas no cambian: "El cliente seguirá pagando", como en "el cliente siempre tiene razón" o en "siempre lo hemos hecho así". También pretende vender que la decisión supondrá un gran alivio para las haciendas autonómicas y se embala diciendo que gracias a que pagas tú y no el banco, se ahorrarán incurrir en un déficit que forzaría la supervisión europea de sus cuentas. Bien. Que le pregunten a Otegi –o a Valtònyc– qué prefiere, si la justicia española o la "supervisión de Bruselas".

La Razón se asegura de recordar que no cambia tanta cosa, porque era siempre el cliente quien pagaba el impuesto y no la banca, y también da voz a los magistrados, que se lamentan preventivamente de que la gente "ahora saldrán a la calle como con La Manada". Todo un referente, La Manada, y toda una manifestación de qué piensan sus señorías del pueblo al que se deben. También apunta que la decisión que inclinó la balanza del lado de los bancos fue del presidente de la sala, Luís María Díez Picazo –apellidos como de árbitro de fútbol de antes del VAR.

Una sentencia esconde la otra

Otra manera de leer las portadas es entender, que, con su decisión, el Supremo, queriéndolo o no, pone el cuerpo delante de la bala de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que ayer dictaminó que Arnaldo Otegi no tuvo un juicio justo.

Una sentencia esconde la otra en estas portadas. Si el Supremo hubiera decidido ayer o mañana, las primeras páginas de este miércoles serían muy diferentes. Se puede adivinar cómo habría ido la cosa fijándose en los titulares referentes a la sentencia de Estrasburgo e imaginándoselos abriendo la portada.

El Mundo hace malabares para que los protagonistas del titular sean "los socios de Sánchez" que "atacan a España" y no la injusticia cometida contra Otegi (y cinco más), que les costó unos cuantos años de prisión.

La Razón hace el triple mortal con tirabuzón y acusa a los jueces del tribunal europeo de "dar oxígeno al secesionismo" y de facilitar que Otegi sea candidato a lehendakari en las elecciones vascas de 2019. El caso es esconder el contenido de la sentencia del TEDH: que Otegi fue condenado por un tribunal que no era imparcial y, por lo tanto, se le negó el derecho a un juicio justo.

ABC suele editar una sola noticia en portada, en este caso la decisión del Supremo. Dentro, sin embargo, se cuida de recordar que "Estrasburgo ya amparó a Otegi al llamar al Rey 'jefe de los torturadores'" y que la sentencia del TEDH no ha sido unánime, como queriendo decir algo. Efectivamente, no ha sido unánime: uno de los siete jueces europeos quería endurecerla, añadiendo la obligación del Estado español a indemnizar a Otegi.