Jueves, 21 de febrero de 2019

Nos levantamos cansados. Ayer la sesión acabó sobre las nueve y media con la declaración de Carles Mundó. La tarde de ayer fue intensa, también declararon Dolors Bassa y la Meritxell Borràs. La sesión finalizó pasadas las 9 de la noche, pero no llegamos a Soto hasta las 11.

Un día más la cena está fría. No se puede comer, pero tanto da, no es lo que más me preocupa. Sólo queremos ir a la celda y descansar. Después de una jornada tan larga, de la tensión vivida, cuesta mucho ponerse a dormir. Necesitamos un tiempo de descompresión.

Es cierto que queremos acabar el juicio lo más pronto posible, pero necesitamos hacerlo en buenas condiciones, con todas las garantías. El procurador ha informado a los abogados que han habilitado las sesiones para que se puedan alargar más allá de las 20h de la noche. Eso quiere decir que ya nos podemos preparar para repetir la experiencia que vivimos ayer.

El primero en declarar hoy ha sido Santi Vila, e inmediatamente después ha sido el turno de Jordi Sànchez, uno de los platos fuertes del día. Tal como era previsible, el fiscal intenta demostrar por todos los medios el uso de la violencia durante las concentraciones del 20-S. Jordi sale adelante con claridad, serenidad y va desmontando todas las acusaciones de la fiscalía. Algunas de las acusaciones que lanza son de una debilidad que provocan vergüenza ajena.

A las 14h hacemos el segundo paro de la sesión. Salimos animados. La comida nos espera. Incluso tendremos tiempo para echar una pequeña cabezada y recuperar fuerzas.

 

Joaquim Forn i Chiariello

Tribunal Supremo, Madrid, 21 de febrero de 2019