La entrada de Vox en el Parlament ya ha dejado imágenes bien diferentes de las que se veían en la última legislatura. La última ha sido en pleno debate de investidura, cuando un diputado del grupo de extrema derecha españolista ha hecho la peineta sin ningún tipo de complejo a los diputados independentistas.
La escena se ha producido después de que la mayoría de parlamentarios de ERC, JxCat, la CUP, los comuns y algunos del PSC hayan abandonado el Auditorio para no escuchar la intervención del líder de Vox, Ignacio Garriga.
Garriga ha protagonizado un discurso obsesivo a favor del rey Felipe VI, de quien ha asegurado que es el representante de "la única institución que ha estado en el lugar que le correspondía en los momentos más duros". "El rey frenó el golpe de estado con su discurso del 3 de octubre del 2017", ha insistido en varias ocasiones.
El líder ultraderechista ha sido replicado con contundencia por el candidato, Pere Aragonès, pero también por la presidenta del Parlament, Laura Borràs, que ha denunciado que la intervención de Garriga ha vulnerado derechos fundamentales y ha discriminado personas por "cuestiones de raza".
Cuando Garriga ha acabado su réplica y ha vuelto a su asiento, su compañero de partido, el expopular Antonio Gallego, ha dedicado una peineta a los pocos diputados independentistas que se habían quedado en el hemiciclo.
Antes, los parlamentarios habían enseñado símbolos antifascistas y otros habían dejado carteles con nombres de represaliados por el fascismo y el nazismo. También habían aplaudido con fuerza las críticas de Aragonès y Borràs contra Garriga.
¿Quién es Antonio Gallego?
Antes de ser número dos de Vox en Catalunya, Gallego había sido diputado del PP en el Parlament (octubre 2015-noviembre 2015) y en el Congreso de los Diputados (marzo 2008-octubre 2015).
Antes había sido portavoz del PP y concejal en el Ayuntamiento del Prat de Llobregat desde 1999, así como portavoz en el Consejo Comarcal del Baix Llobregat (2003-2007) y diputado en la Diputación de Barcelona (2007-2008). Ha sido acusado de representar la línea del PP más dura con la inmigración, con textos xenófobos como Menos inmigración ilegal y más aparcamientos.