Solo el president —Puigdemont— tiene la lista real, por más que todo el mundo diga”: esta es una frase de una dirigente de Junts per Catalunya que resume a la perfección el estado de la situación entre las filas del partido de Puigdemont en la recta final hacia el congreso extraordinario que la formación celebrará este fin de semana en Calella. Y es que la composición de la nueva ejecutiva está cerrada a cal y canto, aunque poco a poco van apareciendo nombres. Se da por seguro el retorno de Carles Puigdemont al frente de la presidencia del partido, después de que el president en el exilio dejara este cargo en el año 2022 para centrarse en el Consell de la República. Quien también seguirá, como secretario general, será Jordi Turull, que ha conseguido en los últimos dos años ordenar el partido y acabar con las desavenencias internas entre turullistes y borrassistes.

La caída del borrassismo y la vía de la fundación de Demòcrates

Precisamente, la actual presidenta de Junts per Catalunya, Laura Borràs, será la cara más visible que no seguirá en su cargo. Aunque no está cerrado, según fuentes de Junts, su lugar estaría al frente de la Fundació FunDem —heredera de la Fundació Carrasco i Formiguera— de Demòcrates, partido que, tal como avanzó El Nacional.cat este domingo, ha llegado a un acuerdo con Junts per Catalunya para su integración. De hecho, el secretario general de Junts, Jordi Turull, y el líder de Demòcrates, Antoni Castellà, rubricarán el pacto este martes en Bruselas. De esta forma, Borràs seguiría formando parte de la ejecutiva de Junts, ya que la idea es que la presidencia de la fundación sea un miembro nato de la ejecutiva del partido de Puigdemont.

La no continuidad de Borràs en la presidencia de Junts irá acompañada de la desaparición de los borrassistas dentro de la dirección del partido. Francesc de Dalmases, exvicepresidente del partido, ya se fue en el 2022 tras ser acusado de maltratar a una periodista. Tampoco continuará la vicepresidenta Aurora Madaula, mientras que David Torrents no seguirá de secretario de organización, pero podría continuar dentro de la ejecutiva. Otros afines a Borràs que, todavía, formaban parte de la ejecutiva nacional, han ido cayendo durante el camino. Cristina Casol fue expulsada del partido después de las acusaciones de violencia machista dentro del grupo parlamentario, mientras que Jaume Alonso-Cuevillas desde que dimitió de diputado no ha formado parte de ninguna reunión más de la ejecutiva. En principio, la alcaldesa de Vilobí del Penedès y secretaria de la AMI, Ester Vallès, tampoco seguirá.

Las nuevas vicepresidencias

Tal como establecen las ponencias organizativas, la nueva ejecutiva estará formada por un máximo de cuatro vicepresidentes. Los dos nombres que se da por sentado que formarán parte de las nuevas vicepresidencias de la nueva cúpula “juntaire” serán Antoni Castellà —gracias al acuerdo con Junts—, junto con la portavoz del partido en el Congreso, Míriam Nogueras, quien ha ido cogiendo galones durante los últimos años. Tanto Castellà, que ha acompañado Puigdemont en el Consell de la República durante todos estos años, como Nogueras son de la máxima confianza del president en el exilio.

Si, finalmente, hay dos vicepresidencias más, hay varios nombres que bailan. Una de estas será por un hombre, y el principal candidato es el ya vicepresidente y portavoz de Junts, Josep Rius. Al presidente del grupo de Junts en el Parlament, Albert Batet, se le ofreció hace unas semanas una vicepresidencia, pero la declinó porque prefiere centrarse en el trabajo de la Cámara catalana. Por otra parte, para la vicepresidencia femenina parecen descartados los nombres del flamante fichaje en las anteriores elecciones catalanas, Anna Navarro, y la actual vicepresidenta del partido, expresidenta del Parlament y exalcaldesa de Vic, Anna Erra. Con toda probabilidad, la cuarta vicepresidencia será para una dirigente joven, y el nombre que suena con más fuerza es el de la portavoz de Junts en el Parlament, Mònica Sales, quien ganará peso político con Junts per Catalunya como principal grupo a la oposición. También todos estos nombres son de la máxima confianza de Carles Puigdemont.

Pallarès seguiría en Finanzas y el interrogante en organización

Las secretarías de Organización y de Finanzas, tal como dice la ponencia organizativa, dependen del secretario general de Junts. Por lo tanto, Turull tendrá que elegir a sus dos manos derechas, junto con David Saldoni, que seguirá encabezando la política municipal. Para la secretaría de Finanzas, con toda probabilidad, seguirá la senadora y concejala de Reus, Teresa Pallarès. En cambio, sigue el interrogante planteado con la secretaría de organización, aunque se da por hecho que será una mujer. Entre los nombres que hay sobre la mesa está la exalcaldesa de Sant Cugat del Vallès, Carmela Fortuny, figura muy bien conocida en el territorio y el partido. Sin embargo, el nombre de Fortuny ha ido perdiendo fuerza durante los últimos días, mientras han aflorado otros como la diputada Judith Toronjo, la exconsellera Violant Cervera o la presidenta de la veguería de Girona y diputada, Maria Àngels Planas.

El congreso de este fin de semana en Calella también tendrá que decidir el nuevo presidente del Consejo Nacional, máximo órgano de decisión del partido entre congresos y que se reúne cada tres meses. Josep Rull, presidente del Parlament, no seguirá al frente de este órgano y podría ocuparlo la expresidenta del Parlament Anna Erra. Con todo, se da por descontado que seguirán formando parte de la ejecutiva el exconseller de Territori Damià Calvet, como hombre fuerte de Josep Rull, el exconseller de Economía Jaume Giró y los diputados Mònica Sales, Jeannine Abella y Salvador Vergés, cabezas de lista por Tarragona, Lleida y Girona, respectivamente, que cogerán más peso en el nuevo ciclo político.

Más allá de los nombres ya mencionados, la ejecutiva tendrá con toda probabilidad caras nuevas. La corriente de izquierdas tendrá una representación de cuatro personas, entre las que probablemente estarán el coordinador de Acció per la República, Oriol Izquierdo, y la nueva diputada Ennatu Domingo, quien también irá cogiendo peso político. Por parte de Demòcrates, aparte de Antoni Castellà, se podría incorporar a la concejala del Ayuntamiento de Barcelona Asunción Laïlla. Otros dirigentes que podrían sumarse a la nueva ejecutiva son el diputado en el Congreso y director del congreso extraordinario de Calella, Josep Maria Cruset, y la diputada en el Parlament Irene Negre.

La incógnita de cómo quedará el poder territorial dentro de la ejecutiva

Así y todo, también habrá que estar atentos al poder territorial de Junts. Algunos alcaldes, incluso, podrían entrar a formar parte de la ejecutiva. A modo de ejemplo, habrá que ver qué rol tienen alcaldes como Josep Maria Vallès, de Sant Cugat del Vallès; el de Figueres, Jordi Masquef; el de Calella, Marc Buch; el de Vila-Seca, Pere Segura, o la de la Garriga, Meritxell Budó. Además, también podría entrar algún miembro de partidos municipalistas como Impulsem Penedès o Impulsem Lleida.

De hecho, la ponencia organizativa prevé un nuevo espacio municipalista institucionalizado y ordenado dentro del partido, con todos los electos de Compromís Municipal, la marca electoral con la que Junts hizo coalición con partidos municipalistas y dirigentes independientes en las pasadas elecciones municipales. Este espacio tendrá presidencia, vicepresidencias y vocalías. Esto servirá también para acabar de ordenar el partido y visualizar en qué situación quedan alcaldes históricos como Marc Castells, de Igualada, o Xavier Fonollosa, de Martorell.

El congreso de Junts también servirá para elegir nuevamente a los presidentes de veguería, que son miembros natos de la ejecutiva. De hecho, de los nueve presidentes actuales de veguerías, se presentan a la reelección un total de ocho.