A tres meses del 1 de octubre y justo cuando se celebran 40 años de las primeras elecciones democráticas en España, el rey Felipe VI ha pronunciado un discurso de tono duro en alusión al referéndum de autodeterminación de Catalunya –sin citarlo expresamente– durante su intervención en la sesión extraordinaria de las Cortes para conmemorar el 15 de junio de 1977. "Fuera de la ley sólo hay arbitrariedad, imposición, inseguridad y negación de la libertad", ha dicho el monarca, quien se ha marchado a gritos de "viva el Rey" y "viva España" del Congreso.
La referencia sutil no ha sido única, sino que a medida que avanzaba su parlamento se han ido sumando otras. Ha hablado sobre la "ruptura del orden constitucional" como una "desagraciada cuestión", en alusión a la convulsa etapa política en el siglo XIX, donde se fueron alternando pronunciamientos militares y diferentes constituciones. Aquí ha citado al político Emilio Castelar, quien desde la misma tribuna que Felipe VI dijo: "El menosprecio a las leyes, que nos conduce a una decadencia sin remedio, es el más terrible e incurable de nuestros defectos".
El monarca se ha deshecho en elogios al patrimonio construido en estos 40 años de democracia, aunque ha reconocido "errores y equivocaciones, luces y sombras", sin mencionar cuáles. Aquí ha apelado a no "silenciar, ni ignorar, ni dividir, ni mucho menos destruir" el patrimonio moral y material del Estado, como forma de afirmación de la "unidad nacional". A su parecer, la Constitución ya reconoce la diversidad y el autogobierno de las nacionalidades y regiones, cultura y lengua, de manera que no se podrían utilizar los sentimientos para "confrontar o dividir".
En último término, el Rey ha abogado por la resolución de los conflictos en el marco de la carta magna. "Es dentro de la ley donde cobran vigencia los principios democráticos, donde se tienen que canalizar los antagonismos y resolver los desacuerdos y las diferencias mediante el diálogo y el debate" ha dicho. En caso contrario, considera que se estaría andando por una senda de ruptura con la "convivencia fraternal", los "derechos democráticos de todos los españoles", o la "negación de los valores esenciales de la Europa de la que formamos parte", ha expuesto.
Estas palabras no han sido escuchadas por ERC, quien junto a EH Bildu han decidido plantar la ceremonia –como también han hecho en otras ocasiones que el monarca visita el Congreso. Los motivos de los republicanos son "la arrogancia de Borbón" cuando no felicitó a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, tras ser nombrada, y esta vez también como señal de protesta, pues los republicanos eran una organización ilegal el año 1977, de manera que no se pudieron presentar a las elecciones homenajeadas este miércoles.
Los otros independentistas catalanes, el PDeCAT, han aprovechado la sesión para exhibir unos carteles donde aparecía una urna con las fechas del 15 de junio de 1977 y la del 1 de octubre de 2017, día del referéndum. Unidos Podemos tampoco se ha sumado a la ovación al monarca y no han aplaudido. Su líder, Pablo Iglesias, había mostrado el enfado un rato antes, en un desayuno informativo. "España no es sólo el Estado español, ni es la Monarquía. Es una realidad plurinacionalidad compleja", indicaba sobre el acto que se conmemoraba.
Todo ello no ha impedido al Congreso vestirse de gala en una fecha tan señalada. Han desfilado por la institución personalidades como el expresidente José María Aznar, Felipe González, Alfonso Guerra –quien pidió la aplicación del artículo 155 en Catalunya; los padres de la Constitución, Miquel Roca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón –quien se mostró crítico con el golpe al Estatut el año 2010. Incluso estaba allí el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, aunque solo y sin ningún diputado de su grupo por "razones de protocolo", según fuentes socialistas. Delante, sin embargo, tenía a Aznar.
No estaba para oír la crítica al referéndum la vicepresidenta y ministra de Administraciones Territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría, quien está de viaje en el Vaticano. La ausencia destacada de la número dos de Mariano Rajoy ha sido contrarrestada con la presencia de una serie de diputados históricos, quienes habrían vivido la Transición. A ellos, el Rey les ha recordado unas palabras de su padre, Juan Carlos I el año 1977: "La democracia ha empezado, ahora sólo tenemos que consolidarla".