El sórdido control político que se quiere ejercer sobre la Assemblea Nacional Catalana ha abierto un frente crítico contra su presidente, Jordi Sànchez, según han comentado responsables cualificados de la organización a El Nacional. El momento escogido no es casual, ya que el próximo 17 de abril deberán ser ratificados los cargos, al cumplirse un año de la última asamblea. En esta ocasión, la cita será en Manresa y los críticos tienen muy presente que Sánchez accedió a la presidencia pese a que la candidata más votada fue la activista norteamericana Liz Castro.

Cuando todavía no hace un año de que Sànchez fue escogido presidente de la ANC, varios dirigentes han abierto hoy mismo una disputa en Twitter en torno al control de la entidad. Jaume Marfany, exvicepresidente de la entidad bajo la presidencia de Carme Forcadell, y Liz Castro, que ganó la votación para presidir la entidad pero que finalmente dejó paso a Sánchez, se han intercambiado varios mensajes en la red social reprochándose maniobras para asegurarse el poder.

Después de un tuit de Marfany denunciando maniobras para controlar la entidad, Castro le ha reprochado que él mismo la "presionó" para que no se presentara a presidir la ANC a pesar de ser la más votada. 

 

De hecho, la asamblea de Cardona, donde se sustituyó a Forcadell por Sànchez, acabó con malestar entre diferentes miembros de la cúpula de la ANC, que ahora reavivan ante la posibilidad de que se esté preparando un relevo de Sánchez.

Este hechos se suman a los movimientos de fondo que hay en la entidad independentista, con una cuarentena de asambleas territoriales de la ANC recogiendo firmas de apoyo a un documento en favor de hacer "más transparentes los procesos de elección y votación" de los miembros del Secretariado Nacional, que la ANC tendrá que tratar en su próxima asamblea ordinaria, prevista para el 17 de abril en Manresa.