Aprovechando que la pandemia golpeaba ferozmente España, Pedro Sánchez rompió rápidamente el bloque de la investidura para buscar amplias alianzas, involucrando a la derecha. Primero la vista estaba puesta en el estado de alarma. Pero rápidamente lo trasladó a la comisión de reconstrucción del Congreso de los Diputados e incluso los presupuestos del Estado. En el estado de alarma, lo consiguió al principio, pero después fue perdiendo cada vez más apoyos . La apuesta por los nuevos pactos de la Moncloa también ha naufragado estrepitosamente, de momento con sólo dos de los cuatro documentos aprobados. Frente a esto, hay voces dentro del mismo gobierno de coalición que cuestionan esta estrategia.
Pablo Iglesias fue quien abrió la veda después del fracaso en el Congreso de los Diputados. Este miércoles, el vicepresidente segundo fue muy claro ante el acercamiento al PP y Ciudadanos: "Un ejecutivo en el que está Unidas Podemos es incompatible con acuerdos en cuestiones trascendentales como los presupuestos generales del Estado con quien está gobernando con la ultraderecha en Madrid, Murcia o Andalucía". El líder de Podemos apuesta claramente por reconstruir los puentes rotos con la mayoría de la investidura. "Es evidente" que los presupuestos se tendrán que negociar con ellos, defendía.
La realidad es que el ejecutivo tiene dos vías para intentar sacar adelante los presupuestos, sin tener en cuenta que el PP pueda volver a posiciones más moderadas. La primera, aprobarlos con el apoyo de ERC y la mayoría de la investidura, un hecho que se complicaría con elecciones catalanas en otoño. La segunda, reforzar la alianza con Ciudadanos y la estrategia de la geometría variable.
María Jesús Montero, responsable de confeccionar y buscar los apoyos a los presupuestos del Estado, no se mueve de su posición. Este jueves desautorizó a Iglesias, asegurando que hablará con todos porque nadie sobra. Es por eso que la ministra de Hacienda pide "aparcar las diferencias ideológicas y los vetos cruzados". En los mismos términos se ha expresado hoy la ministra de Defensa, Margarita Robles, que ha defendido que "es imprescindible que se dejen las cuestiones partidistas aparte y que trabajemos por unos presupuestos que permitan que España reanude el impulso".
Fuentes del Gobierno admiten que las negociaciones serán complicadas. "Fácil no será ni con ERC ni con Ciudadanos", señalan. Sin embargo, presentarán el proyecto de presupuestos "cuando tenga los apoyos suficientes", sin esperar a las elecciones catalanas. "El país no puede esperar", aseguran. Eso pasaría por que llegaran al Congreso de los Diputados en septiembre. Y envían un mensaje a los republicanos: "Su apoyo a nuestras políticas sociales pueden tener interés de cara a unas elecciones en Catalunya".